Doxa (Nov 2007)
¿Es el Derecho una profesión inmoral? Un entremés para los cultores de la ética y de la deontología jurídica
Abstract
Muchas de las recomendaciones de la deontología jurídica conducentes a elaborar, en términos bien abstractos, algún perfil del buen jurista son básicamente ingenuas, pero sobre todo inútiles. Ellas suelen partir de un doble prejuicio, muy arraigado en la actualidad: a) por un lado, de que es posible enseñar moral a cualquier profesional —en este caso, al jurista ya formado— para lo cual se suelen implementar simplemente unos códigos de ética e impartir unos cursos deontológicos (¡de fin de semana!) al respecto; y, b) por otro lado, de que la profesión legal se puede ejercer de conformidad con parámetros estrictamente morales. En este artículo se desarman teoréticamente ambas creencias y se muestra cómo el ejercicio práctico del Derecho requiere —por la misma dinámica implícita en la profesión— una cierta dosis de deshonestidad y con ello de inmoralidad. Cuánta sea esa dosis dependerá de las circunstancias personales de cada profesional considerado in concreto. Finalmente, el trabajo analiza (no a título de un recetario, sino de algunas pistas heurísticas) cómo combatir, hasta donde se puede, esta inmoralidad intrínseca de la actividad jurídica.