Semiárida (Apr 2020)

Consumo voluntario, digestiblidad in vivo y selectividad en ovinos en función de distintas cantidades de agua agregada en dos especies forrajeras

  • J. C. Tallade,
  • G. V. Zabala

Journal volume & issue
Vol. 12, no. 2

Abstract

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Las gramíneas forrajeras perennes de crecimiento estival son un recurso de gran importancia para la ganadería pampeana. Panicum coloratum es una gramínea perenne de crecimiento estival que a comenzado a difundirse masivamente en la Región Semiárida Pampeana. Combinada con el "pasto llorón" (Eragrostis curvula (Schrad.) Nees) en los sistemas de cría, permitiría obtener un aumento en los índices de producción y de carga animal. Los verdeos de invierno son recursos forrajeros muy difundidos en los sistemas de invernada y tambo. Su utilidad responde básicamente a su excelente calidad y productividad, que los hace indispensables en muchas ocasiones, para proveer forraje durante el otoño, invierno y primavera. El objetivo de este estudio fue medir el consumo voluntario y la digestibilidad aparente in vivo de "mijo perenne" (Panicum coloratum) diferido y "triticale" (X Triticosecale) fresco y establecer patrones de comportamiento ingestivo ante diferentes cantidades de agua depositada en el forraje suministrado. Las mediciones se hicieron a galpón, con el empleo de 24 ovinos (Pampinta) machos castrados (PV: 34,96 ± 3,68 kg). En el primer estudio (El) se utilizó Panicum coloratum cv "Verde" diferido y en el segundo (E2) triticale (xTriticosecale) cv "Tehuelche", Los animales experimentales se distribuyen al azar en tres tratamientos: a) Testigo (T): forraje sin agregado de agua (E1:100,7 ± 1,0 g HP/kg MS; E2: 721,4 ± 41,2 g HPlkg MS); b) Intermedio (1): forraje más agregado de agua (E1: 276,6 ± 25,6 g H20/Kg MS; E2:731,3 ± 42,2 g HP/kg MS); e) Saturado (S): forraje con agua a saturación (El: 518,2 ± 39,7 g HP/kg MS; E2: 763,1 ± 36,6 g HP/ kg MS). El forraje fue cortado en forma manual a 5 cm de altura antes de cada uno de los dos suministros diarios (9:00 y 18:00 horas). Para obtener una distribución homogénea del agua en el forraje se utilizó una mochila para pulverizar, con lo que se logró un mojado total del mismo. Cada estudio tuvo siete días de toma de datos, previo período de acostumbramiento de trece días. Los CMS y CMSD (en g kg PV 0.75) fueron: E1; T: 51,52 ± 7,28 y 25,42 ± 3,64; I: 49,55 ± 7,14 y 23,93 ± 3,44; S: 43,79 ± 7,71 y 19,99 ± 6,93; respectivamente E2; T: 73,43 ± 5,00 y 51,78 ± 4,16; I: 81,70 ± 5,72 y 56,38 ± 7,74; S: 65,12 ± 8,25 y 42,36 ± 5,32. La DMS (en %) fue El; T: 49,60 ± 5,38; I: 52,63 ± 4,29; S: 44,68 ± 13,83. E2; T: 69,46 ± 1,93; 1: 69,06 ± 3,96; S: 65,08 ± 1,44. La PB (en %) fue El; Tallo: 1,64 ± 0,17; Lámina: 2,55 ± 0,32; T + L: 1,80 ± 0,10. E2; Tallo: 7,68 ± 2,28; Lámina: 14,30 ± 1,16; T + L: 9,24 ± 2,66. Con estos resultados concluimos que además del efecto de lluvia por sí misma, podría existir un efecto del agua adherida al forraje, siempre que ésta dificulte la selección que dentro del forraje ofrecido puedan realizar los animales. Por otra parte, se sugiere como práctica de manejo utilizar ambos forrajes para que los animales consuman una dieta balanceada. Director: Ing. Agr. Néstor Pedro Stritzler.