Ecosistemas (Jan 2014)

Regeneración post-incendio de la encina en pinares de repoblación mediterráneos

  • A. B. Leverkus,
  • J. Castro,
  • J. M. Rey Benayas

Journal volume & issue
Vol. 23, no. 2
pp. 48 – 54

Abstract

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Después de un incendio forestal es común la retirada de la madera quemada, pero se sabe poco sobre cómo esta práctica afecta a la recolonización de la zona quemada por parte de especies del género Quercus como la encina. En un pinar de repoblación quemado de Sierra Nevada (sur de España) se estableció una parcela de 18 ha con tres tratamientos experimentales de la madera quemada: Extracción (corte y desramado de los árboles, con apilamiento de los troncos y astillado de las ramas), Ramas (corte del 90 % de los troncos, sin extracción) y Control (sin acciones). Dentro de esta parcela sobrevivieron algunos rodales de pinos (1.5 ha en total), y al lado de ella quedaron unos rodales de encinas (Quercus ilex subsp. ballota) productoras de bellotas desde donde se produjo dispersión biótica. En la parcela se monitoreó la emergencia, supervivencia y tamaño de las plántulas de encina a lo largo de siete años. Se establecieron 801 plántulas de encina antes de la implementación de los tratamientos, ya por rebrote o dispersadas poco después del incendio. Después del manejo post-incendio emergieron 447 plántulas en toda la parcela, presumiblemente como consecuencia de la dispersión por arrendajos (Garrulus glandarius): el 62.9 % bajo los pinos vivos y el 37.1 % en el resto de la parcela. La emergencia fue mayor en el tratamiento Control en los primeros años. El factor tratamiento perdió importancia tras la paulatina caída de los árboles quemados, ya que en los últimos años la mayor parte de las bellotas fue dispersada hacia los rodales de pinos vivos. Estos rodales incrementaron la probabilidad de supervivencia pero redujeron el crecimiento, efecto posiblemente asociado a la competencia por nutrientes, luz y agua. Concluimos que los pequeños núcleos de pinos que sobreviven un incendio, al igual que los árboles quemados durante los primeros años, pueden atraer dispersores de bellotas y que en el caso de los pinos vivos será necesaria una segunda perturbación para liberar a las encinas reclutadas de la competencia del dosel. Las prácticas de manejo post-incendio que favorezcan estas estructuras pueden favorecer la regeneración natural del ecosistema.