Nutrición Hospitalaria (Nov 2011)
Guidelines for specialized nutritional and metabolic support in the critically-ill patient: Update. Consensus SEMICYUC-SENPE: Gastrointestinal surgery Recomendaciones para el soporte nutricional y metabólico especializado del paciente crítico: Actualización. Consenso SEMICYUC-SENPE: Cirugía del aparato digestivo
Abstract
Gastrointestinal surgery and critical illness place tremendous stress on the body, resulting in a series of metabolic changes that may lead to severe malnutrition, which in turn can increase postsurgical complications and morbidity and mortality and prolong the hospital length of stay. In these patients, parenteral nutrition is the most widely used form of nutritional support, but administration of enteral nutrition early in the postoperative period is effective and well tolerated, reducing infectious complications, improving wound healing and reducing length of hospital stay. Calorie-protein requirements do not differ from those in other critically-ill patients and depend on the patient's underlying process and degree of metabolic stress. In patients intolerant to enteral nutrition, especially if the intolerance is due to increased gastric residual volume, prokinetic agents can be used to optimize calorie intake. When proximal sutures are used, tubes allowing early jejunal feeding should be used. Pharmaconutrition is indicated in these patients, who benefit from enteral administration of arginine, omega 3 and RNA, as well as parenteral glutamine supplementation. Parenteral nutrition should be started in patients with absolute contraindication for use of the gastrointestinal tract or as complementary nutrition if adequate energy intake is not achieved through the enteral route.El estrés de la cirugía gastrointestinal y la enfermedad crítica representan una gran agresión sobre el organismo, lo que ocasiona una serie de cambios metabólicos que pueden conducir a una situación de desnutrición grave, con aumento de las complicaciones posquirúrgicas, mayor morbimortalidad y prolongación de la estancia hospitalaria. En estos enfermos la nutrición parenteral es la más utilizada, pero se ha visto que la nutrición enteral administrada de forma precoz en el postoperatorio es efectiva y bien tolerada, con disminución de las complicaciones infecciosas, mejoría de la cicatrización de las heridas y menor estancia hospitalaria. Las necesidades caloricoproteicas no difieren de las de otros pacientes críticos, y dependerán de la patología basal del paciente y de su grado de estrés metabólico. En caso de intolerancia a la nutrición enteral, en especial si se debe al aumento del residuo gástrico, se deben utilizar procinéticos para optimizar el aporte calórico. En caso de suturas proximales se debe recurrir a la colocación de sondas que permitan la nutrición en yeyuno de forma precoz. La farmaconutrición tiene efectos beneficiosos en este t ipo de enfermos, con indicación de mezclas de arginina, omega 3 y RNA por vía enteral, así como la suplementación con glutamina en nutrición parenteral. La nutrición parenteral deberá iniciarse en los pacientes con contraindicación absoluta para la utilización del tracto gastrointestinal, o como nutrición complementaria si no se consigue un aporte calórico adecuado por vía enteral.