Alia (Mar 2016)
Acerca de los orígenes de la integración europea. Libre comercio, federalismo y anticomunismo como condicionantes de la soberanía y la democracia
Abstract
Europa se dirige nuevamente hacia un callejón sin salida. La crisis iniciada en 2007-2008 ha desatado las alarmas y ha puesto en alerta a unas élites políticas que durante las dos últimas décadas habían completado (o eso creían) un robus- to edi cio institucional aparentemente indestructible. El proceso de empobreci- miento, acelerado por las dogmáticas políticas de austeridad (también conocidas como ‘austericidas’) ha dejado al rey desnudo, constatándose el innegable dé cit democrático de una estructura erigida de espaldas a los ciudadanos. Europa aquea, los fascismos renacen y las misiones de guerra imperialistas no cesan, entre otras cosas a causa de la creciente dependencia energética del exterior. Mientras tanto, los EEUU observan agazapados y negocian a escondidas con las autoridades europeas un tratado de libre comercio (TTIP por sus siglas en in- glés) del que la ciudadanía, incluyendo a sus representantes, apenas conoce leves detalles, generalmente ltrados clandestinamente. Este panorama merece un salto en el tiempo que nos lleve hasta los oríge- nes del proceso de integración europeo, pues algo nos dice que no estamos ante un escenario novedoso. El propósito es el de recapitular históricamente, aunque sin hacer historia de forma exhaustiva. Interesa rastrear en las bases y fundamen- tos del edi cio de la “integración europea”, aparentemente derruido o a punto de colapsar. Es preciso destilar los ejes vertebradores que señalaron el camino. ¿Cómo se pensó? ¿Qué factores in uyeron en aquel proceso que, no lo olvide- mos, terminó pariéndose tras dos guerras mundiales que dejaron millones de muertos tras de sí y la trágica emergencia de los llamados totalitarismos? ¿Qué fuerzas movieron los hilos entre bambalinas? ¿Cómo afectó todo ello al Estado- nación? ¿Qué se pretendió entonces? No son preguntas que admitan respuestas directas y concisas, entre otras cosas porque son muchas las voces con algo que decir y muy complejos los acontecimientos que tuvieron lugar. El ensayo se ha planteado como una suerte de estudio de inspiración his- toricista que persigue elementos de re exión político- losó cos que permitan entender ese pasado, camino de una mínima comprensión del presente. No esconde, por ello, la intención de convertirse en la puerta de entrada, si no intro- ducción, a un estudio mucho más largo y profundo que rebañe todas las aristas posibles sobre esa gran aventura que fue y todavía es la construcción europea, un viejo sueño que por momentos se antoja como caricatura, cuando no pesa- dilla. Lejos de yermas complacencias o lecturas e interpretaciones recreativas y políticamente inermes, se ha buscado la controversia fundamentada, con una de las herramientas de las que debe servirse todo lósofo político que se precie: el espíritu crítico. El ensayo se divide en cinco partes. En la primera parte se presenta un breve esbozo histórico a partir de la lectura de un sugestivo análisis de Perry Anderson sobre las tesis de Alan S. Milward, posiblemente el más reputado his- toriador sobre los orígenes de la integración europea. La segunda parte permitirá una rápida introducción en el núcleo intelectual de quienes pensaron la inte- gración durante y a raíz de la Primera Guerra Mundial. La tercera parte se cen- trará en los llamados “padres de Europa”, que además de implementar la unidad europea, pusieron sus cimientos. La cuarta parte pondrá el acento en el papel de los EEUU en el proceso, sin duda determinante y que, como condicionante externo del proyecto integrador, se podría considerar como eje vertebrador acti- vo, siendo el comunismo y la URSS, siempre a nivel externo, un eje vertebrador pasivo. La quinta parte, donde se re exiona sobre todo ello, planteará las debidas conclusiones.
