Ad Limina (Jul 2015)

De peregrinos gitanos del siglo XV en el Camino a Santiago de Compostela Jojanó Baró o la gran fanfarronada

  • Robert Plötz

DOI
https://doi.org/10.61890/adlimina/6.2015/06
Journal volume & issue
Vol. 6
pp. 181 – 219

Abstract

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Hace unos 600 años, los gitanos, los pueblos Rom, conocidos bajo denominaciones diferentes en Europa, se asentaron en este continente, formando parte de la sociedad de diversos países. En su vida errante apenas dejaron testimonios históricos. De los seiscientos años de su historia en Europa el autor solamente va a tratar los primeros cien, el último siglo del Medioevo, en el cual los gitanos aparecieron en la percepción pública europea, es decir, en relatos de viajeros, en los libros municipales de cuentas, en crónicas, en la documentación de aranceles, registros de viajeros y documentación similar. A lo largo de este estudio surgirán una serie de preguntas: ¿qué vida llevaban los gitanos y de que vivían?, ¿qué tradiciones propias y qué pensamiento genuino tenían?, ¿qué confesión practicaron y por qué estaban tan mal considerados? El capítulo “Gitanos y peregrinos”, sobre todo en los caminos a Santiago de Compostela, enfoca la gran fanfarronada tramposa gracias a la cual los “gitanos” peregrinos lograron salvoconductos de gran calidad, limosnas, donativos y privilegios, incluso una jurisdicción propia. Se presentaron como duques y condes del Pequeño Egipto en penitencia durante siete años porque sus antepasados habían rehusado dar protección y albergue a la Santa familia en su huida a Egipto. Un apartado especial está dedicado a los peregrinos gitanos en los caminos de la Península Ibérica, siguiendo en especial la pista del conde Thomas y de su séquito, que vagó durante casi cuarenta años por Europa Occidental y España, además ofrece una lista de los gitanos mencionados documentados en el siglo XV. Debido a la creciente falta de entendimiento entre los gitanos y el resto de la población, y a la rigurosa política de asimilación por parte de los Reyes Católicos, en 1499 se dictó en Medina del Campo la primera Real Pragmática antigitana, válida en un principio solamente para el Reino de Castilla; seguidamente se otorgarían más de 280 pragmáticas para toda España. En resumen, no fueron los gitanos los que se introdujeron en la documentación literaria del Bajo Medievo, sino que fueron los europeos, que con ello querían definir y localizar a los recién llegados según su propio mundo imaginario. Y por último, en la documentación existente no aparece peregrino gitano alguno en Santiago de Compostela; el lugar mencionado más cercano es León.

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