Estudios Eclesiásticos (Dec 2016)
El Concilio Vaticano II y la vida religiosa
Abstract
El Concilio Vaticano II dedicó una intensa atención a la Vida Religiosa y a su adecuada renovación. La Constitución dogmática Lumen gentium situaba el estado religioso en el contexto de la vocación universal de los miembros de la Iglesia a la santidad, siendo su nota específica la práctica de los consejos evangélicos en un estado especialmente reconocido y regulado por la Iglesia. El decreto conciliar Perfectae caritatis formuló los principios y criterios básicos a que había de ajustarse la adecuada renovación de la Vida Religiosa, pedida por el Concilio. El «Motu proprio» Ecclesiae Sanctae, de Pablo VI, dio normas prácticas para aplicar el decreto, revisando las Constituciones y demás cuerpos normativos de cada instituto. Todo ello conserva un valor permanente para orientar el desarrollo de la vida religiosa, más allá del contexto conciliar y postconciliar.