Revista Latinoamericana de Estudios de Familia (Nov 2013)
Transforming conflict: from right/wrong to relational ethics
Abstract
La autora habla de la transformación del conflicto e introduce la idea de que el diálogo es una manera de salir del conflicto, así como del consenso. Esto lo conecta con una noción de ética relacional. Ella analiza las implicaciones del diálogo, la transformación y la ética relacional en términos de cómo se piensan las familias, las comunidades y la educación. Asimismo, no habla acerca de una manera de posicionarse ante los conflictos o acerca de algunas formas específicas y prácticas que puedan ayudar a hacerlo, sino que espera que esta relación con las familias y la educación surja del análisis conceptual que desarrolla. Introduce la idea de diálogo no como una forma de comunicación, ni como conversación. El diálogo es una forma especial de interacción que no sucede muy a menudo y, por lo general, no ocurre de forma espontánea; ciertamente puede suceder, pero, a menudo, la oportunidad para entablar un diálogo genuino tiene que ser creada. Toma la noción de diálogo de Mijaíl Bajtín ―cuando él habla acerca del diálogo como una actividad responsiva (diálogo responsivo)―, la autora plantea que el ser responsivos nos sitúa como practicantes dentro de lo que ella considera una ética relacional, que es cuando se está atento al proceso de relacionarse con sí mismo. En otras palabras, en lugar de enfocarse en los individuos, en lugar de enfocarse en ciertas formas de acción, en ciertos comportamientos, en ciertos objetos, en ciertas entidades o contextos, realmente se debe observar qué es lo que hacemos juntos: ¿qué es lo que estamos haciendo o creando juntos?; ¿qué clases de oportunidades están emergiendo? Así, si se toma este enfoque acerca del diálogo, se reconoce que siempre hay múltiples formas de observar una situación. Entonces, el aspecto más importante del diálogo es que, aunque haya profesionales entrenados acerca de cómo manejar el diálogo, en cierta manera, eso no significa que esta sea la única forma de observar una situación. Cuando se piensa acerca de las familias o los contextos educativos con los que se trabaja o cuando se enfrentan los conflictos y las diferencias en las comunidades, es importante mantener la idea de que hay múltiples realidades que son construidas y de cómo se puede ser responsivos ante esta multiplicidad, sin juzgarlas.