Nova Scientia (May 2018)

Bioinoculantes y abonos orgánicos en la producción de maíz forrajero

  • María Amada Ávalos de la Cruz,
  • Uriel Figueroa Viramontes,
  • José Luis García Hernández,
  • Cirilo Vázquez Vázquez,
  • Miguel Angel Gallegos Robles,
  • Ignacio Orona-Castillo

Journal volume & issue
Vol. 10, no. 20

Abstract

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Introducción: La producción de forrajes en la Comarca Lagunera se realiza de forma intensiva, por lo que no hay un intervalo de tiempo que le permita al suelo recuperarse. El cultivo de maíz forrajero en esta región es el segundo en importancia, por lo que es imprescindible buscar estrategias que nos permitan recuperar la calidad de los suelos sin que el rendimiento se vea afectado. Método: Se evaluó la producción de maíz forrajero con el híbrido P3258W de Pioneer. Se usó un bioinoculante comercial para suelo con dosis de 0, 20 y 40 l ha-1, en combinación con siete fuentes de fertilizante: vermicompost en 5 y 10 t ha-1, estiércol de bovino lechero en 80 t ha-1, fertilizante inorgánico (191-75-30 de NPK), un fertilizante comercial orgánico a dosis de 2.5 y 5 l ha-1 y el testigo. El diseño experimental fue en bloques al azar, con arreglo de tratamientos en parcelas divididas, donde la parcela mayor fue el bioinoculante y la parcela menor la fuente de fertilización. Las variables que se evaluaron fueron rendimiento de forraje verde y seco, altura de planta a la cosecha; antes y después de la cosecha se evaluó en muestras de suelo: materia orgánica, pH, conductividad eléctrica, nitrógeno inorgánico y fósforo. En muestras de planta tomadas en la cosecha se determinó nitrógeno y fósforo totales. Resultados: Hubo diferencia significativa en cuanto al rendimiento respecto a la fuente de fertilizante y el mejor tratamiento fue donde se aplicó estiércol a una dosis de 80 t ha-1. En las características del suelo: materia orgánica, nitrógeno y fósforo se observaron diferencias significativas entre dosis de bioinoculante del suelo y entre fuentes de fertilizante. Para el nitrógeno en planta, las diferencias fueron significativas entre dosis de bioinoculante del suelo y entre fuentes de fertilizante. En la concentración de fósforo en planta, el análisis mostró una interacción significativa entre dosis de bioinoculante del suelo y fuentes de fertilizante. Conclusión: Se puede llevar a cabo la producción de maíz forrajero utilizando bioinoculantes y abonos orgánicos sin que el rendimiento se vea afectado y se favorece el contenido de materia orgánica, nitrógeno y fósforo en el suelo.

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