Cirugía Cardiovascular (Oct 2006)
Impacto real de la política de «no tocar la aorta»
Abstract
La arteriosclerosis de la aorta ascendente aparece como uno de los más importantes factores de riesgo para la aparición de complicaciones postoperatorias en cirugía cardíaca, particularmente en la cirugía de revascularización miocárdica con circulación extracorpórea (CEC), cuando la aorta enferma se manipula durante la canulación y el pinzamiento aórtico. Estas maniobras pueden asociarse con la embolización ateromatosa intraoperatoria en la circulación cerebral, dando como resultado déficit cognitivo permanente por embolia cerebral intraoperatoria, una seria complicación con una considerable mortalidad. Además, la embolización de restos ateromatosos de las lesiones arterioscleróticas de la aorta ascendente en la microcirculación coronaria explicaría, al menos en parte, la preponderancia de infarto de miocardio perioperatorio. La cirugía de revascularización miocárdica sin CEC disminuye o puede eliminar la manipulación aórtica durante la cirugía. La diferencia en el grado de manipulación aórtica con la eliminación del pinzamiento aórtico completo puede ser responsable de la reducción en la frecuencia de accidente cerebrovascular postoperatorio, observada con cirugía sin CEC sobre la cirugía de revascularización convencional. Cuando se utiliza vena safena o un injerto arterial aortocoronario, hay, sin embargo, un riesgo de accidente cerebrovascular debido al pinzamiento lateral que se aplica durante la realización de las anastomosis proximales. Por ello, varios autores han sugerido la estrategia de eliminar la CEC y operar con una técnica de «no tocar la aorta», que parece producir una significativa reducción de la frecuencia de accidente cerebrovascular.
Keywords