Escritura y Pensamiento (Apr 2024)

Manan rimayku ñawrakunachayku: Leonor Rumiche, Edwin Lucero, Saúl Gomes, Inin Rono y Dina Ananco

  • Gonzalo Espino Relucé

DOI
https://doi.org/10.15381/escrypensam.v23i49.27942
Journal volume & issue
Vol. 23, no. 49
pp. 241 – 245

Abstract

Read online

¿Pitaq kani?. En mi curso de Arte y Literatura Indígena, del programa de Educación Intercultural Bilingüe del Posgrado de Letras, lanzamos esa pregunta a fin de identificar la coexistencia de diversas manifestaciones culturales que, como colectivo y pueblo, tenemos. No solo como legado, herencia que se actualiza y renueva, porque las cultivamos de una u otra forma, las llevamos en el corazón o aparecen en los momentos en que el desánimo nos gana, o acaso estas manifestaciones están confinadas al ámbito doméstico. No elegimos la cultura; la cultura está instalada cuando llegamos al mundo. La aprehendemos y aprendemos desde nuestra primera mirada del mundo, se incorpora a nuestro ser y nos acompaña toda la vida. Es ese recurso que llevamos en el ánima para resolver o enfrentar el mundo. La exploración, entonces, la hicimos desde la lógica de ñuqa, del yo como sujeto de cultura, pero esto no anula sino abre las posibilidades para voltear sobre aquellas dimensiones que corresponden a nuestro ser cultural colectivo. De este modo, la segunda pregunta se encaminó a explorar las expresiones culturales de nuestras comunidades, que se traducen en la situación dinámica en la ñuqa-ñuqayku, y que se abre a la dimensión del ñuqanchis (ñuqanchik, nosotros). Cada uno respondió a sus preocupaciones. Esas condujeron a explorar nuestra identidad, a hacer visible lo que cada uno tiene, posee, como patrimonio inmaterial y que puede ser útil en el trabajo diario. Es el quipe que cada uno lleva adherido a nuestro andar, las respuestas que llevamos en el corazón y que nos permite exitosamente trajinar sea aquí, en nuestra comunidad o por el mundo. De allí dimos un salto para preguntar cuáles de esas manifestaciones son artísticas ¿Cuál sería la estética indígena? Propusimos indagar las formas artísticas de nuestra marca, de nuestros pueblos. Al hacerlo, volvimos sobre una nueva pregunta: ¿cómo describimos estas manifestaciones artísticas?, ¿cuáles son sus características?, ¿quiénes o quién las autoriza o estas ya forman parte de las retóricas artísticas de nuestras tradiciones? Y la reflexión invitaba a pensar lo que somos en términos de identidad y riqueza cultural para cada una de nuestras comunidades.