Maguaré (May 2010)

Ciudad y región

  • Roberto Pineda Giraldo

Journal volume & issue
Vol. 0, no. 9

Abstract

Read online

Tanto geográficamente como en su estructura económica y en su composición social, al igual que en las expresiones culturales, Colombia es un paisaje de regiones, de ámbitos espaciales con rasgos propios, que le han conferido una imagen de diversidad. Pero para el tema que nos ocupa, más que hablar de regiones, prefiero hacerlo de regionalizaciones, es decir, de modelos elaborados sobre parámetros cuya finalidad es circunscribir un fenómeno a un espacio determinado, en un tiempo también dado. Aunque parezca un juego de palabras decir que no hablo de regiones culturales, sino de culturas regionales, prefiero este último término porque con él estoy calificando las culturas (como regionales), en tanto que en el otro caso, estoy adjetivando las regiones (de culturales); con lo cual quiero decir que el objetivo no es llegar a encontrar y delimitar de manera exacta una región o varias regiones culturales, sino a comprobar las variedades que puede exhibir la cultura en el contexto espacial mayor de la nación-estado o sociedad-estado colombiana, en este caso. Esas variedades pueden diferir, tanto en número como en la delimitación espacial, según sean los parámetros que se tomen como referencia para el modelo, tal como se ha comprobado. Esta es la realidad histórica. Los términos geográficos de las regiones que se han reconocido para Colombia, a partir del final del siglo XVIII en varios momentos y por varios autores no coinciden unas con otras, aunque si se destacan los perfiles de las más caracterizadas. Se puede decir que en los espacios temporales que median entre una y otra, han ocurrido desarrollos subregionales que hoy aparecen como unidades diferenciadas. La última que se hizo con un verdadero criterio antropológico, utilizando principalmente parámetros culturales, se aparta también de las demás, posiblemente por su mayor rigurosidad y precisión en la escogencia y la aplicación de los indicadores, que inclusive le permitieron a la autora romper en algunos casos la continuidad geográfica. De allí que no las llame regiones, sino complejos culturales.

Keywords