Latin American Journal of Sedimentology and Basin Analysis (Mar 2021)

Ambientes de interacción eólica-fluvial en valles intermontanos: ejemplos actuales y antiguos

  • Alfonsina Tripaldi,
  • Carlos O. Limarino

Journal volume & issue
Vol. 15, no. 1

Abstract

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Se estudió una sucesión sedimentaria que aflora en el sudeste de la Cuenca Neuquina, en el departamento El Cuy (Río Negro). La misma incluye a las formaciones Huincul y Lisandro que integran el Subgrupo Río Limay (Grupo Neuquén), y han sido asignadas al Cenomaniano- Turoniano. Se identificaron once litofacies de origen fluvial, tres litofacies de naturaleza eólica y dos litofacies volcaniclásticas. A partir de los agrupamientos en unidades genéticamente relacionadas se definieron siete elementos fluviales de intracanal, cuatro de planicie de inundación y cuatro eólicos. La distribución espacial y relaciones entre los elementos arquitecturales ha permitido reconocer sistemas fluviales agradantes de alta sinuosidad (SF-I y II), un sistema de abanico terminal (SAT) y campos de médanos barjanoides (SE). El análisis estratigráfico-secuencial permitió definir cinco Secuencias a partir de las relaciones espaciales y temporales de los elementos arquitecturales mayores y de la determinación de superficies estratigráficamente significativas. La base de la Formación Huincul está representada por el SF-I, caracterizado por un sistema de alta sinuosidad, con baja relación canales/planicie de inundación y abundantes depósitos de desbordes. Este tramo de la secuencia se interpreta como el Cortejo de Alta Acomodación (AA) de la Secuencia I (S-I). El sector cuspidal de la unidad está integrado por un sistema similar pero con una alta relación canal/planicie de inundación y constituye el Cortejo de Baja Acomodación (BA) de la Secuencia II (S-II). Se propone que la depositación de la Formación Huincul tuvo lugar bajo condiciones climáticas cálidas con un régimen de estacionalidad marcado. La Formación Lisandro se inicia con depósitos de un sistema distributario proximal de abanico terminal (SAT) que representan el Cortejo AA de S-II. De aquí en adelante es notoria la recurrencia de SE, caracterizando los Cortejos BA y una sucesión desde cuenca de inundación a distributarios proximales de SAT, integrando los Cortejos AA de las secuencias S-II, III, IV y V. La unidad se depositó bajo condiciones climáticas semiáridas permanentes. Las unidades estratigráficas estudiadas se consideran de carácter sinorogénico, con un control tectónico significativo en la definición del espacio de acomodación y un volcanismo principalmente activo durante la sedimentación de la Formación Huincul. La Formación Lisandro corresponde a un período de abrupto incremento en la tasa de subsidencia en la Cuenca Neuquina.La interacción entre procesos depositacionales eólicos y fluviales en valles intermontanos de regiones áridas y semiáridas determina geoformas y facies sedimentarias particulares, cuyo reconocimiento en sucesiones antiguas puede resultar clave, no sólo desde el punto de vista paleoambiental sino también paleoclimático. Además, los depósitos de interacción pueden mostrar significativa importancia como rocas reservorios. El análisis del valle del río Guandacol (provincia de La Rioja, Argentina) y de tramos específicos de la Formación Vinchina (Sierras Pampeanas Noroccidentales) permitió caracterizar los depósitos de interacción eólica-fluvial tanto en ambientes actuales como en el registro sedimentario. El valle del río Guandacol presenta una planicie entrelazada de canales efímeros asociados a numerosas geoformas eólicas, distinguiéndose dos subambientes: áreas de canal y planicies de intercanal. En las áreas de canal ocurren barras fluviales gravosas, barras y formas de lecho arenosas menores, depósitos arenogravosos de canal propiamente dicho cubiertos parcial o totalmente por láminas de fango; mientras que las geoformas eólicas comprenden parches de arena (por la migración de óndulas de arena y de gránulo), sombras de arena y taludes arenosos. La acción eólica es dominante en las áreas de intercanal, determinando una topografía irregular, de relativamente bajo relieve, por el crecimiento de mantos de óndulas eólicas, formas ancladas a la vegetación (sombras de arena y zibars), protodunas y dunas: barjan y de crestas barjanoides. Se asocian a las geoformas eólicas acumulaciones fluviales formadas durante las crecientes, como mantos de fango y lóbulos de desbordamiento areno-gravosos. Debido al carácter efímero de los cursos fluviales del valle del río Guandacol, puede considerarse que los procesos fluviales y eólicos se encuentran relativamente balanceados lo que resulta en la sobreimposición de depósitos eólicos y fluviales. En tramos del miembro superior de la Formación Vinchina, en facies previamente interpretadas como de fajas de canales meandrosos efímeros, se reconocieron depósitos de interacción eólico-fluviales. Intercalaciones decimétricas en depósitos de canal y de planicie de inundación se identificaron como niveles eólicos. Se caracterizan por la presencia de areniscas finas a muy finas, muy bien seleccionadas y de fábricas depositacionales abiertas, que muestran una delicada laminación, horizontal o entrecruzada de bajo ángulo, con láminas internamente masivas o con gradación inversa de intralámina. El análisis de secciones delgadas muestra como los términos eólicos son mejor seleccionados, presentan muy bajos porcentajes de matriz, y un empaquetamiento más abierto (valores de porosidad de entre 8 y 12%) cuando se los compara con los niveles fluviales. Aunque excepcionalmente citados en el registro geológico, es probable que en ambientes semiáridos los depósitos de interacción eólica-fluvial sean mucho más frecuentes que lo corrientemente asumido. Lo dicho se desprende no sólo de su común presencia en ambientes actuales, sino también del estudio detallado de sucesiones antiguas, como es el caso de la Formación Vinchina.

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