Revista de Historia Moderna (Jul 2024)

La ingeniería militar al servicio de las minas de azogue de Almadén (1750-1765)

  • Emiliano Almansa Rodríguez,
  • Ángel Hernández Sobrino

DOI
https://doi.org/10.14198/rhm.26437
Journal volume & issue
no. 42
pp. 379 – 408

Abstract

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Almadén era una mina poco importante hasta que a mediados del siglo XVI Bartolomé de Medina aplicó el proceso industrial de amalgamación con azogue, conocido como método de patio, en el yacimiento de plata de Pachuca (Nueva España). A partir de entonces, la producción de azogue de Almadén fue en aumento, si exceptuamos la segunda mitad de la centuria del XVII, cuando hubo una fuerte escasez de consignaciones económicas para el establecimiento minero. En la segunda mitad del siglo XVIII, Almadén se había transformado en un gran establecimiento minero, el más importante del territorio metropolitano, pues sin azogue no había plata y Nueva España iba en camino de convertirse en el primer productor mundial de este metal. Por ello, el superintendente Francisco Javier de Villegas comunicó en 1750 al marqués de la Ensenada que no disponía de verdaderos técnicos de minas. Ensenada se mostró de acuerdo con Villegas y ordenaron, tanto él como su sucesor Arriaga, la búsqueda de los hombres más capacitados para solventar la situación, que por entonces eran los ingenieros militares debido a sus conocimientos matemáticos y a su experiencia en túneles y explosivos. Este artículo analiza concretamente los trabajos llevados a cabo en Almadén por los ingenieros militares Francisco Nangle, Miguel Antonio de Escurrechea, Silvestre Abarca y Jorge Juan entre 1750 y 1765, y cómo su intervención contribuyó a hacer frente a la creciente demanda de mercurio de la minería argentífera del virreinato de Nueva España.

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