Infancias Imágenes (Oct 2012)

El maestro cuadrifronte

  • Guillermo Bustamante Zamudio

DOI
https://doi.org/10.14483/16579089.5631
Journal volume & issue
Vol. 11, no. 2
pp. 87 – 97

Abstract

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Para Hannah Arendt (1958), la falta de meditación era una característica sobresaliente de la época. Y como pensar requiere un tiempo propio, el tiempo también está afectado: si el entonces presidente se pronuncia sobre unos asesinatos como verdaderos positivos y a los cinco minutos el fiscal dice que son falsos, no se puede señalar en eso una contradicción, pues, habrá quien le haga caer en la cuenta a uno de que ya nadie se ocupa de cosas que ocurrieron hace tanto. Nos mintieron que el flujo veloz de la información se correspondía con una ligereza del pensamiento, con una falta de tiempo para hacer juicios. Las cosas se aceleran, efectivamente, pero por la prisa de quienes creen que la información es equivalente al conocimiento. En 1872, Nietzsche destina el libro Sobre el porvenir de nuestras escuelas “A lectores tranquilos, a hombres que todavía no se dejan arrastrar por la prisa vertiginosa de nuestra rimbombante época, y que todavía no experimenten un placer idólatra al verse machacados por sus ruedas”. En realidad, nada de lo que ocurre ha modificado la temporalidad propia de la construcción de criterios. Si bien la información fluye más rápido, la capacidad de procesarla sigue siendo exactamente la misma que la de los primeros homo sapiens sapiens