Sincronía (Jul 2017)

¿Qué se espera de la filosofía de universidad?

  • Mauricio Ávila Barba,
  • Sara Elena Núñez Rodríguez

Journal volume & issue
no. 72
pp. 33 – 55

Abstract

Read online

En su obra La condición posmoderna. Un informe sobre el saber, Jean-François Lyotard advierte que el saber es y será producto para ser vendido, y es y será consumido para ser valorado. Desde diferentes supuestos, en su texto “Cultura y mundialización”, Hervé Juvin destacó que la filosofía estaba obligada a convertirse en industria de la diversión si quiere prosperar. La filosofía de universidad, sujeta a las exigencias de pertinencia social, laboral, entre otras, puede ser --guardando toda proporción-- un ejemplo paradigmático de lo señalado por Lyotard y por Juvin. Existen, al menos, dos respuestas --hipótesis-- para dar cuenta de lo anterior: primero, podríamos seguir una vía que nos conduzca a rechazar las exigencias que se le hacen a la filosofía de universidad, la cual nos lleve a hacer de ella una actividad no vinculada a compromisos mundanos; o, segundo, podríamos rastrear, por ejemplo, las exigencias de pertinencia (social, laboral, etc.) que hoy, inevitablemente, definen a la filosofía -en tanto programa educativo- y, con ello, caracterizarla, no bajo condiciones ideales, sino en sus condiciones reales. Nuestro trabajo se centra en la segunda perspectiva. Para desarrollar la propuesta de ensayo, nuestro hilo conductor nos transporta de una definición ideal de la filosofía hacia una caracterización sociológica de ella. Esto con el objetivo de definir, precisamente, las prácticas y las condiciones sociales concretas que actualmente la determinan: 1. ser un programa educativo que está sujeto a lineamientos de pertinencia social, laboral, entre otros, del cual se espera que contribuya en el mejoramiento de la sociedad; y 2. ser una actividad con un sesgo disciplinario, aunque con una incursión importante en el ámbito interdisciplinario y con la posibilidad de transitar a otro transdisciplinario.

Keywords