Área Abierta (Oct 2015)
Deslizamientos progresivos del placer: del S al X en el cine español (el caso de Jesús Franco)
Abstract
Durante la Transición política, la ley se va a ir adaptando para poder autorizar, progresivamente, las películas softcore y hardcore. La obra erótica de Jesús Franco ocupa un lugar esencial en su filmografía. Desde Gritos en la noche hasta sus últimas producciones, el director ha ido explorando sus diferentes facetas: el destape, la calificación “S” y la clasificación “X”. Las dificultades para poder realizar obras de este tipo hacen que Jesús Franco abandone España para poder rodar Necronomicon (1967). Alcanza la plenitud de su creación gracias a films softcore interpretados por su musa Soledad Miranda. La fuerza del voyeurismo del director convierte estas cintas softcore, con o ya sin la actriz en los años posteriores, en una forma de hardcore femenino. La evolución de las leyes va a producir un doble fenómeno: las dobles versiones y las soft to hard, películas ya rodadas a las que se les añade un fragmento pornográfico. Esas manipulaciones, que acepta o asume Jesús Franco, no son únicamente circunstanciales en la medida en que todo el cine del director es una forma de constante manipulación. Con el cine pornográfico, el director alcanza el final de su trayectoria, aunque la “visibilidad” total no se corresponde realmente con su voyerismo y no es de extrañar que los films “X” rodados en España lo fueran por su compañera y actriz Linda Romay. El artículo relaciona bien el itinerario del cine de Jess Franco con la evolución del cine del destape, "S" y "X" desde los estertores del franquismo hacia la Transición y los primeros años de la democracia.
Keywords