Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (Jan 1981)
Reflexiones en torno a la violencia infantil.
Abstract
La libido tropieza en los seres animados (pluricelulares) con el instinto de muerte o de destrucción en ellos dominantes, que tiende a descomponer estos seres celulares y a conducir cada organismo elemental al estado de estabilidad anorgánica. Se le plantea, pues, la labor de hacer inofensivo este instinto destructor y la lleva a cabo orientándose en su mayor parte y con la ayuda de un sistema orgánico especial, el sistema muscular, hacia afuera, contra los objetos del mundo exterior. Tomaría entonces el nombre de instinto de destrucción. S. FREUD: «Obras completas», tomo 1, pp. 1023-1.102.