Revista de la Facultad de Medicina Humana (Apr 2018)
Regeneración del tubo digestivo con células madre estimuladas por luz infrarroja
Abstract
La “Barrera Intestinal” (BI) cubre una superficie de aproximadamente 400 m2 y requiere cerca del 40% del gasto energético del cuerpo. Entre sus funciones están el evitar la pérdida de agua y electrolitos y la entrada de antígenos y microorganismos al organismo humano1. Al mismo tiempo, la BI debe permitir el intercambio de moléculas entre el cuerpo y el medio ambiente, así como la absorción de nutrientes de los alimentos consumidos. Las adaptaciones especializadas de la mucosa intestinal del mamífero cumplen dos funciones aparentemente opuestas: en primer lugar, permitir una coexistencia pacífica con la Microbiota intestinal sin provocar inflamación crónica y, en segundo lugar, proporcionar una respuesta inflamatoria y defensiva medida según la amenaza de patógenos.