Ideas y Valores (Jan 2009)
DEBILIDAD DE LA VOLUNTAD COMO IRRACIONALIDAD FURTIVA
Abstract
De acuerdo con una concepción muy extendida, una persona tiene una voluntad débil cuando actúa libre e intencionalmente en contra de su juicio acerca de lo que es mejor. De esta concepción puede distinguirse una alternativa según la cual una persona tiene una voluntad débil cuando actúa en contra de su intención razonable. Partiendo de esta concepción en términos de intenciones, intento especificar dos condiciones de racionalidad para caracterizar a la acción en contra de intenciones razonables como un caso de irracionalidad. Muestro, por un lado, en qué medida las intenciones pueden ser razonables. Sólo en ese caso una acción en contra de la intención ya formada puede, efectivamente, ser irracional. De acuerdo con mi tesis, las intenciones sólo pueden ser razonables cuando detectan nuestras mejores razones. Esto sólo puede mostrarse si las intenciones son susceptibles de juicio. Por otro lado, explico en qué medida una persona que se propone un fin razonable puede no proponerse los medios necesarios para ello. Una persona es, pues, débil en su voluntad sólo cuando se propone un fin, pero no los medios necesarios para este. Explico en este punto que los medios necesarios para la realización de un fin complejo son vagos. Una persona tiene, entonces, una voluntad débil cuando no es ni falso ni verdadero que los medios que ella se procura realizan el fin que se propone.