Nutrición Hospitalaria (Mar 2004)
Enteral nutrition: past and future Nutrición enteral: pasado y futuro
Abstract
Perioperative nutrition has during the last century been transformed from a tool to provide calorie and nitrogen support to a tool to boost the immune system and increase resistance to complications. Despite all progress in medicine and surgery has perioperative morbidity, rate of infections, thrombosis and development of serosal adhesions remained the same as long as can be judged or at least during the last eighty years. Most prone to develop complications are persons above the age of 65 and persons with depressed immunity. About cighty percent of the immune system is localised in the gastrointestinal tract, which offers great opportunities for modulation through enterar nutrition. As the stomach has a tendency to develop postoperative paralysis, tube feeding is often necessary. Andresen demonstrated already in 1918 the advantages of enteral nutrition, which starts already on the table. Mulholland et al and Rhoads and co-workers demonstrated during the 1940s certain advantages of enteral tube feeding. Also works by Alexander, Fischer, Ryan and their co-workers supported the value of early enteral feeding, and suggested enteral feeding as an effective tool to boost the immune system. it was, however, works published in the early nineties by Moore et al and by Kudsk et al, which made surgeons more aware of the advantages of early enteral nutrition. Major surgery is known to have a high rate of complications. Uninterrupted perioperative nutrition, eg nutrition during the night before, during surgery and immediately after offers a strong tool to prevent complications. lt is essential that the nutrition provides food also for the colon, e.g. fibres and healthy bacteria (probiotics) to ferment the fibre and boost the immune system.Durante el último siglo la nutrición perioperatoria ha pasado de ser un mero instrumento para proporcionar calorías y soporte nitrogenado a una herramienta reforzadora del sistema inmunológico aumentando la resistencia a las complicaciones. A pesar de todo el progreso que ha experimentado la medicina y la cirugía, la morbilidad perioperatoria, tasa de infecciones, trombosis y formación de adherencias postoperatorias permanecen iguales al menos durante los últimos ochenta años. Las personas con edad superior a 65 años y con la inmunidad deprimida son las más propensas a desarrollar complicaciones. En torno al ochenta por ciento del sistema inmunológico se localiza en el tracto gastrointestinal, permitiendo grandes oportunidades para la modulación a través de la nutrición enteral. Cuando el estómago tiene tendencia a desarrollar parálisis postoperatoria es necesaria frecuentemente la alimentación por medio de sonda. Andersen demostró alrededor de 1918 las ventajas de la nutrición enteral, que comienzan ya en la mesa de operaciones. Mulholland y cols. y Rhoads y cols. demostraron durante 1940 ciertas ventajas de la alimentación enteral por sonda. Igualmente los trabajos de Alexander, Fischer, Ryan y cols. apoyaron la importancia del inicio precoz de la alimentación enteral, sugiriendo que este tipo de alimentación puede ser efectiva como apoyo al sistema inmunológico. Fueron, sin embargo, los trabajos publicados al inicio de los años noventa por Moore y cols. y por Kudsk y cols. los que hicieron más consciente a los cirujanos de las ventajas de la nutrición enteral precoz. La cirugía mayor con amplias resecciones se conoce por tener una alta proporción de complicaciones. La nutrición perioperatoria ininterrumpida, por ejemplo la nutrición durante la noche anterior, durante la cirugía e inmediatamente después ofrece un instrumento muy eficaz para prevenir las complicaciones. Es esencial que la nutrición también proporcione alimento al colon, por ejemplo fibras y bacterias promotoras de la salud (probióticos) para fermentar la fibra y reforzar el sistema inmunológico.