Nutrición Hospitalaria (Aug 2011)

Burns, metabolism and nutritional requirements Quemaduras, el metabolismo y los requerimientos nutricionales

  • N. Mendonça Machado,
  • A. Gragnani,
  • L. Masako Ferreira

Journal volume & issue
Vol. 26, no. 4
pp. 692 – 700

Abstract

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Objectives: To review the nutritional evaluation in burned patient, considering the literature descriptions of nutritional evaluation and energy requirements of these patients. Introduction: Thermal injury is the traumatic event with the highest metabolic response in critically ill patients. Various mathematical formulas have been developed to estimate nutritional requirements in burned patient. Indirect Calorimetry is the only method considered gold standard for measuring caloric expenditure. Methods: A survey of the literature and data was collected based on official data bases, LILACS, EMBASE and PubMed. Results: The metabolic changes involved in hypermetabolism are designed to supply energy to support immune function, brain activity, wound healing, and preservation of body tissues. Body weight is considered the easiest indicator and perhaps the best to assess the nutritional status. The most common formulas utilized in these patients are the Curreri, Pennisi, Schofield, Ireton-Jones, Harris-Benedict and the ASPEN recommendations. For children is the Mayes and World Health Organization formula. The majority of mathematical formulas overestimate the nutritional needs. The regular use of Indirect Calorimetry supplies adequate nutritional support to the burn patient. Discussion: The traditional nutritional evaluation considers anthropometry, biochemical markers and estimation of nutritional requirements. The weight provides a basis for decisions that are established in the clinical context. Classic parameters can be adapted to intensive care environment. Conclusions: The use of Indirect Calorimetry is crucial to ensure the safety of the nutritional support of burn patients and this should be widely encouraged.Objetivos: Revisar la evaluación nutricional del paciente quemado, considerando las descripciones bibliográficas de la evaluación nutricional y de los requerimientos energéticos de estos pacientes. Introducción: la lesión térmica es el acontecimiento traumático con la mayor respuesta metabólica en los pacientes críticos. Se han desarrollado diversas fórmulas matemáticas para estimar los requerimientos nutricionales del paciente quemado. La calorimetría indirecta es el único método de referencia para medir el gasto calórico. Métodos: se realizó una revisión bibliográfica y una recogida de datos a partir de las bases de datos oficiales LILACS, EMBASE y PubMed. Resultados: Los cambios metabólicos que implican un hipermetabolismo están diseñados para aportar energía para mantener la función inmunitaria, la actividad cerebral y la curación de las heridas así como la conservación de los tejidos corporales. Se considera que el peso corporal es el indicador más sencillo y quizás el óptimo para evaluar el estado nutritivo. Las fórmulas más frecuentemente empleadas en estos pacientes son Curreri, Pennisi, Schofield, Ireton-Jones, Harris-Benedict y las recomendaciones de ASPEN. En los niños son la de Mayes y la de la Organización Mundial de la Salud. La mayoría de las fórmulas matemáticas sobreestiman las necesidades nutricionales. El uso habitual de la calorimetría indirecta proporciona un soporte nutricional adecuado en el paciente quemado. Discusión: La evaluación nutricional tradicional considera la antropometría, los marcadores bioquímicos y la estimación de los requerimientos nutricionales. El peso proporciona la base para las decisiones que se establecen en el contexto clínico. Los parámetros clásicos pueden adaptarse al ambiente de los cuidados intensivos. Conclusiones: el uso de la calorimetría indirecta es crucial para asegurar la seguridad del soporte nutricional de los pacientes quemados por lo que debería potenciarse.

Keywords