Bitácora Urbano Territorial (Jan 1999)

El proyecto del espacio público

  • Pablo Gamboa Samper

Journal volume & issue
Vol. 3, no. 1

Abstract

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Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el espacio público de Bogotá está en crisis. El estado de deterioro que vemos en sus parques, sus andenes y separadores, el elevado nivel de contaminación visual, la escasez e inadecuación del mobiliario urbano, es evidente en todos los sectores de la ciudad. Es suficiente con ver el panorama desolador de una avenida como la carrera quince en el norte un domingo por la mañana: la ausencia de automóviles y gente nos muestra un panorama desolador que más parece digno de una ciudad después de una catástrofe. Lo primero que salta a la vista es el desorden formal y la degradación física de los elementos del espacio público. No existen andenes, si por ello entendemos una superficie dura, lisa y continua, que se encuentra a unos doce centímetros por encima de la calzada vehicular, sino una serie de planos horizontales o inclinados, discontinuos e irregulares, a diferentes niveles, a veces en concreto, a veces en tableta o en tierra, que en su conjunto está muy lejos de constituir una superficie continua y homogénea que es lo que necesitan los peatones para poder caminar. No existen bahías o carriles para estacionamiento de vehículos, en su lugar encontramos todo un mostrario de soluciones posibles para que el automóvil se estacione sobre el «andén», para que no pueda hacerlo, o para que lo haga dejando un espacio para el peatón (rampas, topellantas, tubos, cadenas, etcétera). La señalización (de tránsito e información) es pobre y confusa, el mobiliario urbano es casi inexistente, se limita a unas cuantas papeleras colocadas en los postes desordenadamente y a unos paraderos de bus inadecuados, estorbosos y poco funcionales.