Educación Médica (Sep 2010)
Empleo del modelo animal en la formación en endoscopia diagnóstica y terapéutica de la vía biliar Animal model training in diagnostic and therapeutic biliary tract endoscopy teaching
Abstract
Objetivo. Mostrar nuestra experiencia en la formación en endoscopia terapéutica de la vía biliar en modelo animal. Materiales y métodos. Esta actividad formativa tiene una duración de 13 horas y comienza iniciando al alumno en las diferencias anatómicas de las especies que se emplean, la porcina y la canina, con respecto a la anatomía humana. Las prácticas consisten en habituar al endoscopista a la visión lateral del duodenoscopio; se realizan en un modelo porcino debido a que es más sencillo atravesar el esfínter pilórico, aunque no suele ser muy adecuado para la canulación de la papila duodenal. Tras superar la primera fase se utiliza el modelo canino, que permite adquirir las habilidades y destrezas propias de esta técnica. La evaluación de los resultados se realiza mediante una encuesta anónima. Resultados. El 76% de los alumnos confirma que ha avanzado mucho con este entrenamiento, un 18% regular y un 6% poco. El 75% considera que, tras realizar esta actividad de formación, se encontraría capacitado para llevar a cabo la técnica en su hospital. El 94% de los alumnos recomendaría esta actividad a sus compañeros. Conclusiones. El empleo del modelo animal en la formación en colangiopancreatografía retrógada endoscópica (CPRE) permite la adquisición de habilidades básicas necesarias para la práctica, ya que posibilita la repetición de las maniobras y la tutela continuada. Consideramos que con esta metodología mixta se podría acortar la curva de aprendizaje de la CPRE y disminuiría la iatrogenia en las primeras fases.Aim. To show our experience in training in therapeutic endoscopy of the biliary tract in animal model. Materials and methods. This training activity has duration of 13 hours and starts initiating the trainee in anatomical differences with regard to human anatomy that occur between species that are used, the swine and canine. The practices consist of endoscopist to habituate the lateral view of duodenoscope, performing on pig model because it is easier to pass through the pyloric sphincter, although this is not very suitable for cannulation of the duodenal papilla. After passing the first stage, we used the canine model to acquire the skills and abilities specific to this technique. The performance evaluation is done through an anonymous survey. Results. 76% of students confirmed that they have made good progress with this training, 18% regular and 6% that shortly. 75% believed that after making this training would be found competent to carry out the technique in their hospitals. About 94% of students would recommend this activity. Conclusions. The use of animal model in training in endoscopic retrograde cholangiopancreatography (ERCP) permits the acquisition of basic skills needed for practice, as it enables the repetition of the maneuvers and continuing care. We believe that this mixed methodology could shorten the learning curve for ERCP and reduce iatrogenic in the early stages.