Gaceta Sanitaria (Feb 2003)
Variaciones en la prevención del riesgo cardiovascular: estudio poblacional Variation in the prevention of cardiovascular risk factors. A population-based study
Abstract
Fundamentos: Las investigaciones realizadas sobre las variaciones de la práctica médica se han centrado principalmente en la variabilidad en las tasas de admisión hospitalaria y en los procedimientos quirúrgicos. El objetivo del estudio es evaluar la variabilidad de la medición de la colesterolemia y de la toma de la presión arterial en cuatro grupos profesionales diferentes y en la población general. Métodos: Se realizó una encuesta transversal por correo en la ciudad de Valencia. Se seleccionaron 5 grupos poblacionales: médicos, enfermeros, abogados, arquitectos y población general. La muestra se obtuvo mediante un muestreo aleatorio simple de cada colectivo. Resultados: Del total de cuestionarios devueltos, se utilizaron únicamente las respuestas del encuestado (1.755) y su pareja (1.296), en total 3.050. La frecuencia de realización de la colesterolemia por prevención fue mayor entre los enfermeros (55,7%) y médicos (54,1%) que entre los arquitectos (38,9%), abogados (38,2%) y población general (35,1%). Igualmente la frecuencia de toma de la presión arterial por prevención fue mayor en médicos (47,7%) y en enfermeros (42,2%), seguidos por arquitectos (39,4%), abogados (38,8%) y menor en la población general (32,2%). Tras ajustarse por sexo, grupo de edad, estado civil, nivel de estudios y situación laboral, sólo los abogados (riesgo relativo [RR] = 0,79; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,6-0,9) y los arquitectos (RR = 0,77; IC del 95%, 0,68-0,88) presentaban un riesgo de realizarse determinaciones de colesterol significativamente inferior al de los médicos (categoría basal) y enfermeros (RR = 1,05; IC del 95%, 0,93-1,18). En cuanto a la toma de presión arterial, igualmente el riesgo más bajo lo presenta la población general (RR = 0,8; IC del 95%, 0,65-0,97), aunque las diferencias son sólo estadísticamente significativas al compararlas con los médicos. Conclusiones: Se debería mejorar las prácticas preventivas en aquellos colectivos en los que se realiza con menos frecuencia para acercarse a los encontrados entre los médicos y enfermeros. Los esfuerzos deberían ir encaminados a mejorar la introducción de los programas de prevención en los centros de salud.Background: Published studies on clinical practice variability have mainly focussed on variability in the rates of hospitalization and surgical procedures. The objective of this study was to evaluate variability in the measurement of cholesterolemia and blood pressure in four professional groups and in the general population. Methods: A cross-sectional survey was performed by mail in the city of Valencia (Spain). Five population groups were selected: physicians, nurses, lawyers, architects and the general population. The sample was obtained by random sampling of each group. Results: Of all the questionnaires returned, only those returned by individuals surveyed (1,755) and their partners (1,296) were used (total: 3,050). The frequency of preventive cholesterolemia measurement was greater among nurses (55.7%) and physicians (54.1%) than among architects (38.9%), lawyers (38.2%) and the general population (35.1%). The frequency of preventive blood pressure measurement was also greater among physicians (47.7%) and nurses (42.2%) followed by architects (39.4%) and lawyers (38.8%) and was lower among the general population (32.2%). After adjusting by sex, age group, marital status, level of education, and employment, only lawyers (RR = 0.79; 95% CI, 0.6-0.9) and architects (RR = 0.77; 95% CI, 0.68-0.88) showed a significantly lower probability of determining cholesterol levels than physicians (basal category) and nurses (RR = 1.05; 95% CI, 0.93-1.18). The general population showed the lowest probability of measuring blood pressure (RR = 0.8; 95% CI, 0.65-0.97), although the differences were statistically significant only when compared with physicians. Conclusions: Preventive practices should be increased among groups in which they are less frequently performed until they are performed with the same frequency as among physicians and nurses. Efforts should be directed to increasing cardiovascular prevention programs in health centers.