Momento (Jul 2003)
El punto cuántico en la nanociencoa y la nanotecnología
Abstract
Con el surgimiento de la teoría cuántica, a comienzos del siglo XX, se partió en dos la historia de la humanidad. Más revolucionaria que la teoría de la relatividad, la otra gran pieza clave de la física heredada del siglo pasado, esta última fue su aderezo. El espín, de origen relativista y desde entonces identificado como una propiedad intrínseca de todo tipo de partículos, el fotón, mediador de la interacción electromagnética, el electrón descubierto justo a finales del siglo XIX, fueron esenciales para la tecnología del siglo anterior materializada en la microelectrónica, en la iniciación de la conquista del llamado espacio exterior y principalmente en el descubrimiento del ciberespacio. Gracias a la mecánica cuántica pudimos entender la tabla de los elementos químicos, acceder al mundo de las llamadas partículas elementales, iniciar con éxito la carrera de arrebatar los secretos del código genético y hacer realidad la creaición de vida en el laboratorio. Pero las aplicaciones más revolucionarias de aquella teoría, a saber la computación cuántica, la criptología cuántica y la teleportación cuántica, apenas se están iniciando en el presente siglo. No podríamos ni enumerar siquiera en el espacio razonable un breve artículo divulgativo los más revolucionarios cambios logrados en un siglo de convivencia con los fenómenos cuánticos. Después de un breve repaso histórico - conceptual, mencionaremos brevemente algunas de las aplicaciones prácticas de la teoría cuántica que han sido más relevantes para la optoelectrónica y hablaremos de los nuevos átomos artificiales, también llamados puntos cuánticos. Ellos son apenas el comienzo de una ciencia interdisciplianria que abarca campos tan disímiles como la medicina y la ingeniería de materiales; la nanoescala ha abierto nuevos frentes en física, química y biología. A vuelo de pájaro mencionaremos algunas perspectivas de la nanotecnología; particularmente nos referiremos a los nanoláseres, los nanotransistores y a otras aplicaciones inmediatas de la nanociencia, a sus ya probados éxitos en biotecnología y en semiconductores.