Testimonios (Jul 2009)
El genocidio ruandés de 1994
Abstract
Estos puntos me inquietan como historiador que se espera ubique eventos pasados, actores y acciones en el tiempo y el espacio. Esto me inquieta como historiador oral que apunta, a través de las palabras, a entender la narración oral de las memorias de los entrevistados. Y esto me inquieta emocionalmente porque ellos hacen eco de las historias que escuché de sobrevivientes de traumas sudafricanos y ruandeses. Mi experiencia también confirma la aserción de La Capra que los historiadores necesitan estar abiertos a una descomposición enfática, si van a comprender las complejidades de las experiencias traumáticas evocadas por los eventos límites. Mi intención ambiciosa es explorar a través de los límites de los “eventos limites” para considerar lo que algunos han llamado el “exceso” más allá del lenguaje. Las respuestas completas no son posibles. Pero las oraciones construidas mientras se investiga a través de diálogos inter-subjetivos con los sobrevivientes del trauma- quienes están preocupados por el tormento de no ser capaces de comprender completamente las experiencias del trauma- pueden constituir fragmentos de una respuesta. Si los investigadores van a buscar sentido al sufrimiento de los sobrevivientes del trauma, entonces se requiere una sensibilidad histórica aguda, una sensibilidad emocional armónica que requiere empatía, imaginación y la fuerza de escuchar/leer historias en busca de significados explícitos e implícitos, incluso extraños.