Revista Médica Clínica Las Condes (Jan 2023)

Diabetes mellitus impact on fetal liver circulation, and new diagnostic options

  • Torvid Kiserud

Journal volume & issue
Vol. 34, no. 1
pp. 8 – 17

Abstract

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While biometry and Doppler have proved useful in the management of fetal growth restriction, the same battery has been of less help in diabetic pregnancies. It is not surprising since the underlying pathophysiology is fundamentally different. Recent studies of the fetal liver, a key metabolic organ, have shown that its venous circulation reflects the impact of maternal hyperglycemia. Umbilical return from the placenta is disproportionately distributed to the fetal liver (more than in normally growing fetuses, and more than in non-diabetic macrosomia). However, what is set as a pattern at midtrimester is not followed up in the 3rd trimester when high fetal growth continues but no longer correspondingly supported by the umbilical flow to the liver (mL min−1 kg−1 is low). Thus, the status at 3rd trimester is as follows: umbilical flow does not match fetal growth, but the fetal liver still takes a major proportion of the placental return leaving less for the ductus venosus (DV). A distended DV does not help; rather it indicates reduced residual compensatory mechanisms to face hypoxic challenges.The new insights suggest taking into consideration the fetal liver when assessing risks in diabetic pregnancies at 3rd trimester. Measuring umbilical venous flow and its distribution requires high level of skills and accurate techniques, but in the left portal branch (between the DV inlet and the junction with the portal main stem), the blood velocity is regularly accessible and it reflects the skewed umbilical flow to the liver, and its consequences, in a graded manner. Resumen: Si bien la biometría y el Doppler han demostrado ser útiles en el manejo de la restricción del crecimiento fetal, dichos exámenes han sido de menor ayuda en los embarazos en pacientes diabéticas. Esto no sorprende dado que la fisiopatología subyacente es fundamentalmente diferente. Estudios recientes del hígado fetal, un órgano metabólico clave, han demostrado que su circulación venosa refleja el impacto de la hiperglucemia materna. El retorno umbilical desde la placenta se distribuye de manera desproporcionada al hígado fetal (más que en los fetos de crecimiento normal y más que en la macrosomía no diabética). Sin embargo, lo que se establece como un patrón en el segundo trimestre no persiste en el tercer trimestre cuando al continuar el alto crecimiento no es apoyado proporcionalmente por el flujo umbilical al hígado (mL min−1 kg−1 es bajo). Por lo tanto, el estado en el tercer trimestre es el siguiente: el flujo umbilical no coincide con el crecimiento fetal, pero el hígado fetal sigue tomando una proporción importante del retorno placentario, dejando menos para el ductus venosos (DV). Un DV distendido no ayuda; más bien indica mecanismos compensatorios residuales reducidos para enfrentar desafíos hipóxicos.Los nuevos conocimientos sugieren tener en cuenta el hígado fetal al evaluar los riesgos en los embarazos diabéticos en el tercer trimestre. Medir el flujo venoso umbilical y su distribución requiere de un alto nivel de habilidad y técnicas precisas, pero en la rama portal izquierda (entre la entrada del DV y la unión con la vena porta), la velocidad de la sangre es habitualmente accesible y refleja el flujo umbilical sesgado al hígado, y sus consecuencias, de manera medible.

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