Práctica Familiar Rural (Nov 2019)
Los siete pecados capitales: una aproximación neuroética al estudio de la conducta humana
Abstract
El pecado en su forma original constituye una desviación de la conducta humana. La doctrina cristiana incorpora en la tradición judeocristiana a los pecados capitales que todos conocemos (y a sus demonios), así como a las virtudes que supuestamente los pueden derrotar o al menos neutralizar: 1) soberbia/humildad, 2) avaricia/generosidad, 3) lujuria/castidad, 4) ira/paciencia, 5) gula/templanza, 6) envidia/caridad y 7) pereza/diligencia. En esta misma línea de pensamiento, pecar sería abusar de la libertad de Dios. Según John Bossy, los siete pecados capitales serían la expresión de una ética social y comunitaria con la cual la Iglesia católica trató en su momento de contener la violencia y sanar la conflictiva sociedad medieval. Los pecados y su penitencia fueron en un principio una saludable advertencia de cómo administrar la propia conducta individual y social (Savater, 2013). Aquello que la sociedad Moderna permite como lícito o no, ha “superado” la conducta y el republicanismo moral de nuestros días (1). La moralidad es una de las características más sofisticadas del juzgamiento humano, de la conducta y de la mente. Un individuo que se aparta de la moralidad violenta las reglas y los derechos civiles, afectando inclusive las libertades individuales de otros, en ocasiones de manera hasta agresiva. Un acercamiento científico a los orígenes de la maldad nos remite al análisis suscitador de los determinantes moleculares, epigenéticos, filogenéticos y celulares de la neurobiología del pecado. Esta formidable aventura del pensamiento constituye un armonioso camino recorrido por la filosofía moral y las neurociencias de ese largo tramo que dista entre el error de Prometeo y el error de Descartes.
Keywords