Medicina (Jan 2010)

JOSÉ ANTONIO JÁCOME VALDERRAMA (1915-1966) LUMINARIA DE SANTANDER Y DE COLOMBIA

  • Efraím Otero Ruiz

Journal volume & issue
Vol. 32, no. 1
pp. 82 – 89

Abstract

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<p><span>(</span><span>Discurso pronunciado durante la ceremonia de posesión como </span><span>Miembro Correspondiente Nacional de la Academia de </span><span>Historia de Santander, Bucaramanga, Mayo 13 de 2009).</span></p><p>En 2006 pasó casi desapercibido el cuadragésimo aniversario de la muerte de José Antonio Jácome Valderrama, una de las mentalidades médicas más luminosas del país en el siglo XX. Fallecido apenas al cumplir los 51 de su edad, su estrella brilló por 25 años ascendiendo a las posiciones más altas de la salud en Colombia. Por eso creímos, cuando se conmemoró el medio siglo del Colegio Médico de Santander, que nada hubiera sido más oportuno que evocar la memoria de quien fuera no solo fundador y alto exponente de la Federación Médica Colombiana (de la que recibió su máxima condecoración en 1963) sino incondicional estandarte de su tierra, de sus valores y de su gente.</p><p>Nacido en Bucaramanga el 16 de febrero de 1915, su madre fue una de esas nueve bellas mujeres que unieron sus genes con los de los varones más ilustres y de mayor raigambre dentro de la sociedad santandereana. El mismo relató así algunas de las circunstancias de su nacimiento : <em>“Soy hijo de José Domingo Jácome Niz y Matilde Valderrama de Jácome Niz, ambos ya fallecidos, a quienes debo tánto por la educación que me dieron, por el ejemplo admirable que me ofrecieron, por la formación moral con que forjaron mi espíritu y mi corazón y sobre todo por el amor entrañable y cordial que hizo de nuestro hogar un sitio lleno de felicidad, a pesar de todas las vicisitudes que tuvimos que soportar”</em>.1 1</p><p>Los Jácome Niz provenían de Ocaña, ciudad que desde la colonia mantuvo vínculos con Bucaramanga, por el relativamente cercano acceso de ambas al río Magdalena, en contraste con las fragorosas montañas que había que cruzar desde cada una de ellas para llegar a Cúcuta y a la frontera venezolana. En sus viajes entre una y otra, ya para finalizar el siglo XIX, los tres hermanos Jácome se dieron cuenta de la importancia que tenía la vía fluvial para el comercio de importaciones o exportaciones a través del Magdalena.</p><p><span><br /></span></p>

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