Revista Colombiana de Sociología (Jan 2003)
Del sistema al actor
Abstract
Si consideramos que las conductas sociales están determinadas por el lugar que los individuos, los grupos o las categorías sociales ocupan en la organización social, entonces será necesario aceptar la idea de que aquello que se denomina la Sociedad posee sus propios intereses y refuerza su integración y funcionamiento. Esta idea ha encontrado dos expresiones concretas: o bien se piensa que el bien y el mal son definidos por aquello que es funcional o disfuncional para la sociedad, es decir que se define por su integración, por las conductas de sus miembros, o bien se prefiere afirmar que la sociedad no es un sistema sino un conjunto de medios dirigidos por una clase o una elite dirigente. Se trata de dos versiones diferentes de lo que se puede denominar sociologismo, es decir, considerar que el interés de la totalidad se impone a sus partes, como el cuerpo se impone a los órganos en la concepción biológica tradicional. Se puede distinguir también la sociología funcionalista sistémica de la sociología funcionalista crítica. En ambos casos se trata de dos de las orientaciones mas importantes del pensamiento sociológico desde sus orígenes.