Educar (Jul 2008)
La mejora de la calidad de la formación obligatoria: el absentismo como síntoma
Abstract
Cuando nos referimos al éxito o al fracaso escolar, en realidad, nos estamos interrogando acerca del modelo de sociedad —o de ciudad— que deseamos tener dentro de diez o veinte años. Por lo tanto, el éxito o el fracaso escolar no es una cuestión sectorial, no compete tan sólo a los profesionales de la educación, sino que va mucho más allá. En efecto, la escolaridad hasta los dieciséis años se predica, en los textos legales de nuestro país, como universal y obligatoria para la población infantil y juvenil. Constituye, por lo tanto, una declaración de prioridad de orden político. La razón última y justificativa de esta meta es que un modelo social de la complejidad del nuestro sólo puede ser sostenible, y progresar, con un nivel de desarrollo educativo y humano, universalizando la formación hasta unos niveles de aprendizaje que se han concretado en la etapa de ESO. Dicha finalidad apunta tanto al desarrollo de competencias y de habilidades, de estrategias de tipo intelectual y de sociabilidad, como de destrezas de aplicación técnica en el entorno en el que se relacionan los individuos.
Keywords