Gayana: Botanica (Jan 2000)
THE ALPINE LIFE ZONE UNDER GLOBAL CHANGE EL CAMBIO GLOBAL Y LOS ECOSISTEMAS DE ALTA MONTAÑA
Abstract
Nearly forty percent of mankind depend in one way or another on mountain ecosystems. Local ecosystem services are slope stability, water yield, agricultural products or recreational value. Continental scale influences include drinking water supply, ground water recharging, irrigation water, hydroelectric power, flood control, traffic routes etc. In this paper I review evidence of alpine ecosystem responses to global change. It is emphasized that soil conservation is the centerpiece of any consideration of sustainable land use in alpine terrain. Complete vegetation cover of high biological diversity is essential to protect soils and secure `ecosystem services' in upland systems. It is illustrated that this is not necessarily in conflict with land use and that land use may even contribute to biological richness if appropriate management is adopted. Atmospheric influences such as increased nitrogen deposition, elevated CO2 and climate warming induce subtle changes in alpine vegetation, the understanding of which requires experimental concepts which account for long term acclimation and organismic interaction. It is proposed that comparative approaches which cover interspecific variability and natural environmental gradients are most promising.Casi el 40% de la humanidad depende de alguna manera de los ecosistemas de montaña. Los "servicios ecosistémicos" locales incluyen la protección de las laderas, el rendimiento hídrico, los productos agrícolas y las oportunidades de recreo. Las influencias a escala continental incluyen el abastecimiento de agua potable y agua de riego, el recargamiento de acuíferos subterráneos, la generación de energía hidroeléctrica, la amortiguación de las fluctuaciones del caudal de los ríos, y las rutas de transporte. En este artículo, reviso las evidencias de las respuestas de los ecosistemas alpinos al cambio global. Se recalca que la conservación de los suelos es la pieza clave en cualquier consideración del uso sustentable de las tierras de montaña. Una cobertura completa de una vegetación diversa es esencial para proteger los suelos y asegurar los "servicios ecosistémicos" en los sistemas de montaña. Se demuestra que esta estrategia de conservación no entra necesariamente en conflicto con el uso productivo de la tierra, y que tal uso puede incluso potenciar la diversidad biológica si se adopta un manejo adecuado. Las influencias atmosféricas, tales como el aumento en la depositación de nitrógeno, niveles incrementados de CO2 y el calentamiento global, pueden inducir cambios sutiles en la vegetación alpina. La comprensión de dichos cambios requiere modelos que den cuenta de la aclimatación a largo plazo, y de la interacción entre los organismos. Se propone que son promisorias las aproximaciones comparativas que abarquen la variación interespecífica y los gradientes ambientales naturales.