Hipogrifo: Revista de Literatura y Cultura del Siglo de Oro (Jun 2019)

El Cratilo cervantino, rey septentrional y criado real de Vandalucía

  • Clark Colahan

DOI
https://doi.org/10.13035/H.2019.07.01.06
Journal volume & issue
Vol. 7, no. 1
pp. 49 – 58

Abstract

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La crítica reciente ubica el ficticio reino cervantino de Bituania sobre la costa norteña de Noruega. Las leyendas de la región, recogidas por historiadores como Olaus Magnus, contienen elementos que figuran en el Persiles —reyes que doman caballos potentes y rescatan tripulaciones marinas atrapadas en el hielo ártico, piratas que invernan en sus barcos— pero el nombre de Cratilo nunca se ha utilizado entre la realeza noruega. ¿Dónde, entonces, lo encontró Cervantes en el contexto de Escandinavia y por qué se lo confirió al ejemplar guardián de Sulpicia, la princesa de su narrativa? Se destaca el nombre en La verdadera historia del rey Rodrigo del morisco Miguel de Luna, obra que sin duda conocía Cervantes y que se escribió para refutar el neo-goticismo de los reinantes Habsburgos. El personaje creado por Luna es visigodo y guardián de otra princesa, Egilona. Ambas jóvenes son amenazadas por la agresión de hombres plebeyos, pero en sendos casos son salvadas por un heroico joven noble; Persiles salva a Sulpicia, un general moro a Egilona. Las princesas se enamoran de su salvador, pero al fin su amor es frustrado por fuerzas políticas/narrativas más poderosas. En fin, el noruego Cratilo aboga por la defensa cervantina de la excelencia de la moral escandinava, en contra de la corrupción moral que Luna atribuye a los visigodos y el Vaticano a los protestantes septentrionales.