Gaceta Sanitaria (Jan 2024)
Evaluación independiente de la crisis de la COVID-19. Lecciones por aprender
Abstract
Resumen: El informe de evaluación independiente del desempeño del Sistema Nacional de Salud frente a la crisis de la COVID-19 es riguroso y está bien planteado y ejecutado. Ha contado con la participación de numerosas personas expertas e instituciones. Destaca el esfuerzo altruista de los coordinadores y de centenares de personas expertas, profesionales y ciudadanos/as que no justifica la asimetría entre el «todo gratis» cuando se trata de inteligencia compartida y precios de mercado cuando se trata de encargar a consultoras informes que a veces no valen lo que cuestan. El valioso trabajo ha sufrido demoras inexplicadas y retraso en la difusión que no son buen presagio sobre si realmente hay interés en aprender de la pandemia, o bien solo en dejarla atrás y olvidarla. Incluso, todavía no se han hecho públicos, a pesar de la petición de los coordinadores, valiosos informes aportados por la propia Administración pública (listados en el informe). Con todo, el solo hecho de que la evaluación se haya realizado por la influencia y la presión de personas de ciencia y profesionales debería alentar las acciones de las organizaciones civiles. Es preciso incidir para lograr que las Administraciones públicas vean la inteligencia colectiva como un recurso inestimable que debe cuidarse y estimularse. Cabe trabajar con intensidad para lograr la rendición de cuentas periódica de los poderes ejecutivos a todos los niveles. Muchas propuestas sensatas para mejorar la sanidad han sido ignoradas, pero aprendimos que los logros se consiguen con perseverancia. No es una opción, es parte de la acción nuclear de la salud pública. Abstract: The independent evaluation report on the performance of the National Health System in the face of the COVID crisis is rigorous, well thought out and well executed. It has benefited from the participation of numerous experts and institutions. The altruistic effort of the coordinators and hundreds of experts, professionals and citizens is noteworthy, which does not justify the asymmetry between “everything for free” when it comes to shared intelligence, and market prices when it comes to commissioning reports from consultancy firms that are sometimes not worth the cost. The valuable work has suffered from unexplained delays and delayed dissemination that do not bode well for whether there is interest in learning from the pandemic or leaving it behind and forgetting it. Indeed, valuable reports provided by the public administration itself (listed in the report) have still not been made public, despite the request of the coordinators. However, the mere fact that the evaluation has been carried out under the influence and pressure of scientists and professionals should encourage the actions of civil society organisations. Advocacy is needed to ensure that public administrations see collective intelligence as an invaluable resource to be nurtured and stimulated. Regular accountability of executive powers at all levels needs to be pursued vigorously. Many sensible proposals to improve healthcare have been ignored, but we learned that achievements are made with perseverance. It is not an option, it is part of the core business of public health.