Revista Argentina de Salud Pública (Sep 2019)
Los Inicios de Salud Escolar en Buenos Aires
Abstract
La Republica Argentina, luego de Caseros, necesitaba imperiosamente ordenarse para progresar y competir con Europa y Estados Unidos. La Generación del 80 debió pensar en estrategias que permitiesen poblar los extensos territorios y tomar control de las grandes oleadas inmigratorias, compuestas en su mayoría por ciudadanos europeos y de Medio Oriente. El Estado comenzó a ejercer funciones como registro civil de las personas, control de los cementerios, análisis prenupciales y educación pública; se trataba de tareas que hasta entonces eran ejercidas por la Iglesia católica, quien no recibió con beneplácito estas nuevas disposiciones. El crecimiento poblacional fue vertiginoso: Buenos Aires pasó de 177 787 almas en 1869 a 1 231 969 en 1909. Como consecuencia surgieron crisis laborales y problemas de hacinamiento en los conventillos, empeoró la higiene urbana y aumentó el contagio de enfermedades, lo que preocupó a sanitaristas como Coni, Rawson o Wilde. Este último convocó un congreso pedagógico, como consecuencia del cual se sancionó en 1884 la Ley 1420 de educación común, obligatoria, gratuita y laica. De esta ley se desprenden muchas funciones del Cuerpo Médico Escolar. Durante el mandato del segundo presidente del Consejo Nacional de Educación, Benjamín Zorrilla, comenzaron a funcionar los primeros servicios médicos en las escuelas. Para ello, el 6 de mayo de 1886 el Consejo creó el Cuerpo Médico Escolar, cuyo reglamento y nombramiento de personal se completó hacia 1888