En la España Medieval (Apr 2025)
Seguindo o conselho de Hipócrates: fugir da peste, no século XV português
Abstract
Conocidas y temidas en el mundo occidental desde la Antigüedad las plagas, cíclicas y devastadoras, han dejado profundas huellas en la sociedad y en la memoria de sus supervivientes. Los conocimientos médicos no permitían una cura, por lo que la práctica recomendada era una huida rápida de la localidad donde se detectaba la enfermedad. Una práctica que no todas las capas de la población urbana, las más afectadas, podían realizar. Al primer signo de la plaga, los que podían, abandonaban la ciudad hacia lugares donde aún no había señal de la molestia. Así se le ocurrió al príncipe D. João, que se refugió en Beja, alrededor de 1480, huyendo de Lisboa. Allí intentó rodearse de todas las condiciones para evitar que la plaga entrase en la ciudad, al ejemplo de lo hacían los distintos gobiernos municipales.