Atrio. (Mar 2008)
Tres casos de difusión y presencia de esculturas flamencas fuera de Europa continental
Abstract
La presencia, circulación y difusión de objetos artísticos de los Países Bajos meridionales, es una materia fascinante que ofrece una rica variedad de posibilidades de estudio: Material gráfico -impreso o manuscrito- libros, estampas, grabados, así como pinturas, tapicerías, esculturas y textiles exportados desde el puerto de Amberes hacia Sevilla, la puerta hacia el Nuevo Mundo, o incluso hacia las lejanas Filipinas y otras posesiones europeas en Asia como Goa. Actualmente sobreviven ejemplos de libros y objetos artísticos procedentes de Flandes en múltiples colecciones latinoamericanas y asiáticas. No es raro encontrar in situ ejemplos de material gráfico y de arte flamenco o inspirado en éste en bibliotecas, museos y conventos desde México hasta Bolivia e incluso de Goa a Manila. El carácter comercial de Amberes como centro de distribución mundial, facilitó la exportación de objetos artísticos y de lujo producidos en talleres regionales y exportados por todos los rincones de la tierra. La exportación de bienes hacia la Península Ibérica estaba orientada no solamente hacia las clases sociales privilegiadas, sino que hubo una distribución en una escala mucho mayor desde la Monarquía hasta los estratos medios que mostraron un fuerte gusto por el arte flamenco. Todos estos objetos y libros eran vendidos en ferias comerciales como las legendarias de Medina del Campo, Barcelona, Valencia y Sevilla y de esta Atlántica Metrópolis fueron enviados hacia América o incluso más allá. En este artículo se muestra de manera general la gran difusión de las llamadas “muñecas de Malinas”, esculturas producidas en esta ciudad del Brabante, y que alcanzaron gran popularidad en el ámbito Iberoamericano, por lo que he analizado 3 casos diferentes de presencia y recepción de estas esculturas en Canarias, México y Filipinas, casos que nos muestran esta temprana globalización cultural como diría Serge Gruzinski.