Educare (Dec 2018)

Editorial

  • María Lourdes Piñero

DOI
https://doi.org/10.46498/reduipb.v22i2.28
Journal volume & issue
Vol. 22, no. 2

Abstract

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A pesar de la diversificación a nivel mundial en la institucionalización de la ciencia, la universidad continua resaltando su rol protagónico para fomentar la actividad científica, pues gracias su naturaleza eminentemente académica posibilita que en ella se encuentren las personas más idóneas para generar y compartir el acervo de los saberes, así como guiar en la búsqueda a quienes se perfilan como los futuros profesionales, y con ello contribuir al desarrollo de un país. Tal como afirman Abello y Baeza (2007) “la Universidad proyectada hacia la actividad científica y tecnológica contribuye de manera asertiva al futuro del país y de la sociedad” (pag.6) Los docentes universitarios aparte de administrar diversas asignaturas, deben desarrollar investigación y extensión para formar profesionales que puedan responder ante las nuevas exigencias que nos presenta la sociedad. De allí que según Piñero, Rondón y Valderrama (2007) “es imposible concebir una institución universitaria sin la realización de actividades de investigación, por cuanto es labor dedicada al conocimiento de la realidad, a la creación del saber sea este natural o social” (p. 177). Desde esta perspectiva, la universidad debe producir conocimiento desde la investigación por alguna de las perspectivas metodológicas existentes, y promover ese interés en los que se forman en lo educativo para que puedan por alguna vía indagar, abordar, interpretar o mejorar los complejos fenómenos sociales. Por lo tanto, el profesor universitario debe desempeñar la función docente vinculada con la de investigador. Esta relación sinérgica de las funciones académicas que realiza el docente, tiene su impacto en el acto de “socialización” del conocimiento construido, el cual se canaliza en primera instancia en el espacio de aprendizaje, que constituye el aula de clases. Y en segunda instancia, con la divulgación a la comunidad de pares académicos y a la sociedad en general. Los mecanismos para lograr esto, son muy variados, tales como mesas de trabajo, libros, eventos científicos, carteleras, redes de investigación y redes de aprendizaje, y muy significativamente mediante las revistas científicas. Por más de veinte años, la Revista EDUCARE ha procurado mejorar el impacto de “visibilización” del saber científico de la UPEL IPB y de otras universidades nacionales e internacionales, como vía inigualable para lograr la pretendida socialización del conocimiento. Sin nuestros autores y árbitros colaboradores, esta misión no hubiese sido posible, de allí nuestro reconocimiento y agradecimiento a todos los investigadores que han confiado en este ´órgano divulgativo como espacio de comunicabilidad de sus productos intelectuales; e igualmente a los árbitros, quienes desde diversas partes del mundo de la investigación educativa, dedican un espacio de su tiempo y de sus conocimiento para hacer que nuestra revista eleve cada día más la calidad de nuestros objetivos. En esta oportunidad se nos ofrece la posibilidad de revisar seis esfuerzos investigativos, en los que destacan la presencia de colegas ecuatorianos. Así tenemos el trabajo documental de Argenis Montilla y Diego Guzmán, titulado Aproximación histórica de la producción científica en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Periodo: 2011-2017, en el cual se analizaron las publicaciones y documentos varios, así como se realizaron entrevistas varias, a objeto de ofrecer un acercamiento temporal y reflexivo de la divulgación investigativa de esta ilustre universidad ecuatoriana. Por su parte Isamary Guerra nos presenta el trabajo denominado Pedagogía de la esperanza: una reflexión necesaria para transformar el quehacer pedagógico en estudiantes con riesgo social, como una propuesta que permite sacar a flote todo el potencial del individuo para hacer frente a los momentos difíciles que se le puedan presentar en la vida. Con el trabajo propuesta de un Plan estratégico de desarrollo turístico de la ciudad de Manta con fines de divulgación educativa, Leydy María Cevallos Barberán y Juliana Carolina Anchundia Pazmiño, plantean que todo plan estratégico que procure calidad de vida, pasa por la consideración del sistema educativo como una plataforma para promocionar acciones y potenciar una generación concienciada con la defensa de los recursos y valores que conforman esta reconocida ciudad costera de Ecuatoriana. De igual manera se presenta el artículo titulado Educación y seguridad turística: lineamientos estratégicos para la playa Santa Marianita en Manabí, Ecuador, producto del trabajo de Pedro Isidoro Montalván Acosta y Leonor Mercedes Villacreses Ponce, con el propósito de realizar una propuesta educativa basada en lineamientos estratégicos para la seguridad turística de la mencionada zona. Este estudio partió de un diagnostico el cual permitió conocer la realidad actual en el que se encuentra dicho destino en materia de seguridad, y a la vez obtener toda la información pertinente para la toma de decisiones adecuadas, con miras a alcanzar el desarrollo turístico de la comunidad. También Flor María Franco Colmenarez, expone la reconstrucción del escenario y estado de la Educación Inicial en Venezuela a partir del siglo XX con la instauración del nivel en el sistema educativo hasta la actualidad, exponiendo sus argumentos en el trabajo titulado Educación inicial en Venezuela una reconstrucción histórica desde la mirada del currículo. Y finalmente, Ana Yarihtza Alvarado de Salas, presenta una reflexión desde la educción sobre el impacto de las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza-aprendizaje, particularmente en aquellos espacios sociales donde se promueve el diálogo digital entre pares, que significa el intercambio de conocimientos y saberes en la interacción de las personas en el ciberespacio, para lo cual ha titulado su trabajo Socialización de las TIC: de la visión a la acción socioeducativa. Estamos ansiosos que este nuevo número sea ampliamente consultado por nuestros usuarios y lectores, al tiempo que les animamos a suscribirse a la revista y enviar sus productos intelectuales, a los fines de enriquecer el acervo científico del saber educativo generado en los diversos espacios interinstitucionales de Venezuela e Iberoamérica. Dra. María Lourdes Piñero Martín Coordinadora del programa de Investigación e Innovación UPEL IPB