Relaciones Internacionales (Jun 2022)
Descentrar las Relaciones Internacionales: mitos, centros múltiples y producción de conocimiento
Abstract
Las Relaciones Internacionales se han construido a sí mismas como disciplina a partir de una narrativa occidental estándar, cuyos elementos moldean hasta la actualidad tanto los debates teóricos como la producción y circulación de conocimiento. Por un lado, remiten a su nacimiento en 1919, su carácter universal, la organización de las discusiones teóricas en torno a cuatro grandes debates y el fin de las grandes teorías. Por otro lado, postulan un sistema internacional conformado por estados soberanos, caracterizado por su condición anárquica y cuyas premisas son el alejamiento de la esfera internacional tanto de la política doméstica como del mundo social. Si bien este relato ha sido contestado y criticado desde la literatura, continúa siendo dominante. En ese escenario, este artículo busca organizar las discusiones teóricas de las últimas décadas en torno a los cuestionamientos de los mitos fundadores de la disciplina. A través de una metodología cualitativa, la primera sección recorre los elementos centrales de la narrativa occidental de la disciplina, sus definiciones epistemológicas y las consecuencias metodológicas (qué se debe estudiar y cómo se debe hacerlo). Con el objetivo de enfrentar las limitaciones descriptas, la segunda sección presenta dos propuestas teóricas que buscan subsanar las deficiencias o limitaciones de ese relato: las ideas de Relaciones Internacionales Globales y Multiplicidad. Estos aportes se esfuerzan en ensanchar el campo de estudio y han suscitado nuevos debates teóricos relevantes. Finalmente, la tercera sección problematiza una cuestión vinculada al tema que se considera insuficientemente abordada: el rol de la comunidad académica en la construcción, utilización y reproducción de la narrativa estándar y sus implicancias en el sostenimiento de las estructuras de poder internacionales. De igual manera, se señala que, si bien los aportes de Acharya y Rosenberg son valiosos, no profundizan en las relaciones de poder intrínsecas a la producción, validación y visibilización del conocimiento. La principal motivación que guía este artículo es, entonces, contribuir a descentralizar las Relaciones Internacionales y aportar nuevas preguntas relevantes para enriquecer el actual proceso de autorreflexión disciplinar.
Keywords