Avances en Enfermería (Dec 2009)
Panorama de prácticas de alimentación de adolescentes escolarizados
Abstract
La alimentación de los adolescentes constituye un tema de interés para la enfermería por el efecto de las acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad que se pueden realizar durante esta etapa y al impacto que tienen en la salud actual y futura de estos jóvenes. Objetivo: evaluar las prácticas e influencias de la alimentación de adolescentes escolarizados. Métodos. Estudio descriptivo transversal, con una muestra de 201 adolescentes, a los cuales se les valoró ingesta de alimentos, riesgos de trastornos de la conducta alimentaria, circunstancias de la alimentación, influencias de familiares, amigos, colegio y medios de comunicación. Resultados: consumo de alimentos: el mayor consumo diario fue: cereales (436,2±172 g/día), gaseosas y bebidas azucaradas (225,9±152 g/día), carnes (155,4±70 g/día), frutas (145,3±66 g/día) y lácteos (123,3±95 g/día). Se encontró menor consumos de: azúcares, pastelería y helados (60,6±30,5 g/día), leguminosas (49,5±58,2 g/día), aceites y mantequillas (45,8±19,4 g/día), verduras (35,2±58,2 g/día), huevos (26,7±24 g/día), meriendas (10,3±13,4 g/día) y comidas rápidas (4±11 g/día). Los hombres reportaron consumo de licor. Ingesta de energía y nutrientes: Mientras que la ingesta de proteínas fue elevada (126,3% de los requerimientos), la ingesta de energía fue deficitaria (88,7% de los requerimientos). Se encontró deficiencia en consumo de vitamina A, tiamina, riboflavina, niacina, vitamina B6, calcio y hierro. Costumbres alimentarias: el 74,6% de los adolescentes se saltó al menos una de las tres comidas principales diarias. El 35,3% de los adolescentes reportó que situaciones emocionales negativas como angustia, ansiedad, tristeza y aburrimiento incidieron en el aumento de consumo de alimentos, mientras que para el 46,8% estos sentimientos los llevaron a disminuir sus ingestas. El 76,6% de adolescentes regularmente comía acompañado y el 22,4% solo. El 11% de los adolescentes participantes están en riesgo de desarrollo de trastornos de conductas alimentarias. El 45,8% de las familias de los adolescentes compra en supermercados de grandes superficies; la madre es quien con mayor regularidad compra los alimentos (58,2 %) y los cocina (71,1%). El 78,6% de las familias de los adolescentes consume alimentos fuera de casa. La familia constituye la mayor influencia en la alimentación, según los adolescentes (80,1%), seguida de los medios de comunicación (10,9%), los amigos (5%) y el colegio (4%). Conclusiones: los adolescentes presentan prácticas alimenticias que pueden constituirse en riesgo para la aparición de enfermedades debido a consumos inadecuados de alimentos, que se traducen en aportes deficitarios de energía, vitamina A, vitaminas del complejo B, calcio y hierro y aportes elevados de proteínas. Prácticas alimentarias: no hay una distribución adecuada de los alimentos durante el día. Las emociones afectan a los consumos de alimentos; la familia y los medios de comunicación ejercen gran influencia en la alimentación de los adolescentes.