En 1983 fue fundado el Centro Toluqueño de Escritores (CTE) como un organismo ciudadano dedicado a ofrecer a autores la oportunidad de escribir y publicar sus obras literarias. Mediante el revisionismo historiográfico, este artículo examina la democracia, autorregulación y autonomía del CTE. Se concluye que vive un clima de incertidumbre debido a sus limitaciones presupuestales, la discordancia entre el Ayuntamiento de Toluca y la mesa directiva del Centro que obstaculiza la concreción de acuerdos, así como el descuido y desinterés de algunos de sus directivos y miembros de su Asamblea, conformada por los becarios y asociados.