Revista Cubana de Medicina (Oct 2002)
Toxoplasmosis cerebral durante la infección por el virus de inmunodeficiencia humana
Abstract
Se señala que alrededor de un tercio de los pacientes con infecciones por el virus de la inmunodeficiencia humana presentan complicaciones nerviosas que provocan considerable morbilidad y mortalidad y que las principales manifestaciones neurológicas dependen de la infección primaria por ese virus, por infecciones oportunistas secundarias o por complicaciones de la terapia antirretroviral. Cualquier sitio del sistema nervioso, ya sea central, periférico e incluso muscular, puede ser afectado durante la infección por el VIH. La encefalitis por toxoplasma, generalmente, resulta de la reactivación de una infección endógena. Los felinos, en particular los gatos, son huéspedes definitivos; el ser humano es un hospedero accidental, capaz de controlar la infección en condiciones de inmunidad normal. El toxoplasma infecta difusamente a todo el sistema nervioso central desde las etapas iniciales. La neurotoxoplasmosis junto con la encefalopatía, es una de las formas más frecuentes de compromiso cerebral, sobre todo con clínica de disfunción focal en pacientes infectados por el VIH. El pronóstico y la supervivencia de estos pacientes dependen del diagnóstico y tratamiento oportuno y eficaz. El diagnóstico presuntivo de encefalitis toxoplásmica se basa en la tríada de: serología positiva al toxoplasma, radiografía característica y buena respuesta al tratamiento empírico antitoxoplásmico. Aunque raramente necesario, el diagnóstico definitivo se realiza por la presencia demostrada del TG en la muestra de biopsia o en el aspirado de la lesión. En la infección aguda se recomienda el uso combinado de pirimetamina (daraprín), sulfadiacina y ácido fólico. Se ha propuesto el uso de por vida de la pirimetamina en dosis de mantenimiento.It is stressed that about one third of the patients with HIV infections have nervous complications that cause considerable morbidity and mortality and that the main neurological manifestations depend on the primary infection due to this virus, to secondary opportunistic infections or to complications of the antiretroviral therapy. Any site of the nervous system, be central, peripheral or muscular may be affected during HIV infection. Generally, toxoplasmic encephalitis results from the reactivation of an endogenous infection. Felines, specially cats, are definitive hosts; the human beign is an accidental host capable of controlling the infection under normal immunity conditions. The toxoplasm infects all the central nervous system difussely from the initial stages. Neurotoxoplasmosis together with encephalopathy are some of the most common forms of brain compromise, mainly with clinic of focal dysfunction in HIV-infected patients. The prognosis and survival of these patients depend on the diagnosis and on a timely and efficient treatment. The presumptive diagnosis of toxoplasmic encephalitis is based on the triad of positive toxoplasma serology, characteristic radiography and good response to antitoxoplasmic empiric treatment. Although rarely necessary, the definitive diagnosis is based on the proved presence of TG in the biopsy specimen or in the injury aspirate. In the acute infection, it is recommended the combined use of pyrimethamine (daraprim), sulfadiazine and folic acid. The use of pyrimethamine at maintenance doses has been proposed for life.