Perspectivas en Nutrición Humana (Nov 2005)
Conferencia. Los sensores humanos en la valoración de la alimentación
Abstract
El acto de alimentarse, trasciende la necesidad de alimentarse y de nutrirse; está lleno de significados y emociones y ligado a circunstancias y acontecimientos que no tienen relación alguna con la estricta necesidad biológica, nutricional o médica; la alimentación es un fenómeno además social, económico, sociológico, simbólico, religioso, cultural (1). De hecho, la sola preocupación dietética, podría ignorar muchas de las concomitancias de un acto tan complejo como el de los comportamientos alimentarios en los grupos sociales y provocar el fracaso de proyectos o intentos de intervención sobre las pautas alimentarias de un determinado grupo. La evolución del comportamiento humano ha ocurrido mediante interacciones entre los comportamientos alimentarios y las instituciones culturales; así, la caracterización de los diferentes alimentos, los principios de exclusión y de asociación entre ellos, las prescripciones y las prohibiciones tradicionales y/o religiosas, los ritos de la mesa y de la cocina, estructuran la alimentación cotidiana; los usos dados a los alimentos, su orden, composición, combinaciones, horas y número de comidas, todo está codificado de un modo preciso y es el resultado de un proceso social y cultural cuyo significado y razón deben buscarse en la historia de cada sociedad o cultura; los indicadores gustativos afirman una identidad alimentaria y delimitan muy claramente la pertenencia culinaria a un territorio determinado. Podría pensarse que la importancia dada a todo lo relativo a la alimentación es tal, que no sorprendería suponer que el alimento sea uno de los elementos principales de cohesión dentro de una sociedad.