Affectio Societatis (Jun 1998)
La idea de progreso en la espiritualidad en el origen de la religión monoteísta.
Abstract
En el origen de la religión monoteísta se encuentra un hecho que cabe interpretar como un progreso en la espiritualidad: la prohibición mosaica de representar a Dios por una imagen, resultando así elevado al plano de las ideas o de lo inteligible. Sin embargo, siguiendo las recomendaciones nietzscheanas concernientes a la historia de la moral, con relación a ese progreso conviene preguntar ¿quién valora? ¿Quién puede decir que hay un progreso en el paso de lo sensible a lo inteligible?, y, ¿qué vida se manifiesta en esa valoración? El camino de esta pregunta conduce a comprobar que el origen de la religión monoteísta supone, efectivamente, un progreso; que en un principio, la religión estuvo al servicio de la vida, pero que históricamente la prohibición de representar a Dios por medio de una imagen se convirtió, en el correr de los siglos, y a expensas de la singular paradoja del goce y de la renuncia pulsional, en una religión de la renuncia a gozar de la vida y en un peligro cultural