En el casco antiguo de Valencia se localizó parte de un edificio que albergaba un horno de vidrio, de planta circular. Junto a esta estructura se recuperaron todo tipo de desechos, como las bocas de caña exvasadas o «palmatorias» de soplado, además de fragmentos de lingotes y vidrio plano para reciclar. El material de los niveles de derrumbe remite a una cronología de la primera mitad del siglo V d.C.