Nefrología (May 2020)
Índices plaquetas-linfocito y neutrófilo-linfocito como marcadores de resistencia a la eritropoyetina en pacientes en hemodiálisis crónica: estudio transversal-multicéntrico
Abstract
Resumen: Introducción: Los índices plaquetas-linfocito (IPL) y neutrófilo-linfocito (INL) son marcadores emergentes de inflamación. La resistencia a la eritropoyetina está relacionada con una mayor morbimortalidad en los pacientes con enfermedad renal crónica y está influida, entre otros factores, por la inflamación. Por lo tanto, cabría esperar una relación entre estos marcadores y la resistencia a la eritropoyetina. Métodos: Estudio transversal-multicéntrico. Se estudiaron los registros de las sesiones de hemodiálisis de 534 pacientes pertenecientes a 4 de nuestros centros de diálisis. Se excluyó a 137 pacientes, por lo que el número final de pacientes estudiado fue de 397. Se calculó el INL, el IPL y, como medida de resistencia a la eritropoyetina, se calculó el índice de respuesta a la eritropoyetina (IRE). Resultados: Se dividió el IRE en cuartiles y se compararon con las medias de INL e IPL de los 4 grupos, siendo estas diferencias estadísticamente significativas (p = 0,00058). En los análisis de regresión, el valor de INL pudo predecir el IRE de forma significativa (p < 0,0001) (R2 = 0,029). Asimismo, el valor de IPL también predijo el IRE de forma significativa (p < 0,0001) (R2 = 0,103). La capacidad del IPL para predecir resistencia a la eritropoyetina se midió con el área bajo la curva ROC (AUC = 0,681) (IC 95%: 0,541-0,821). Un punto de corte de IPL de 125,5 resultaría en un 80,95% de sensibilidad y 42,82% de especificidad. Conclusiones: Tanto el IPL como el INL podrían considerarse unos aceptables marcadores de resistencia a la eritropoyetina. El IPL resultó ser un mejor predictor que el INL para el IRE. Abstract: Introduction: The platelet-to-lymphocyte (PLR) and neutrophil-to-lymphocyte (NLR) ratios are emerging markers of inflammation. Erythropoietin resistance is associated with increased morbidity and mortality in patients with chronic kidney disease and is influenced by inflammation, among other factors. Therefore, it would be reasonable to expect a relationship between these markers and erythropoietin resistance. Methods: Multicentre cross-sectional study. The records of the haemodialysis sessions of 534 patients belonging to four of our dialysis centres were studied. 137 patients were excluded, so the final number of patients studied was 397. NLR, PLR and the erythropoietin resistance index (ERI) were calculated. Results: The ERI was divided into quartiles and compared with the mean NLR and PLR of the four groups, with these differences being statistically significant (p = 0.00058). In the regression analysis, the NLR value was able to predict ERI significantly (p < 0.0001) (R2 = 0.029). The PLR value also predicted ERI significantly (p < 0.0001) (R2 = 0.103). The ability of PLR to predict erythropoietin resistance was measured with the area under the ROC curve (AUC = 0.681) (95% CI, 0.541-0.821). A PLR cut-off point of 125.5 would result in a sensitivity of 80.95% and 42.82% specificity. Conclusions: Both PLR and NLR could be considered acceptable markers of erythropoietin resistance. The PLR was a better predictor for the ERI than the NLR.