Intervención (Jan 2021)

¿Por qué debe incorporarse el derecho al cuidado en la futura Constitución? Una reflexión desde el cuidado no remunerado de personas en situación de dependencia

  • Mariela Serey Jiménez,
  • Carolina Giaconi Moris

DOI
https://doi.org/10.53689/int.v10i1.94
Journal volume & issue
Vol. 10, no. 1

Abstract

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En un contexto patriarcal, cuidar es una ética femenina; en un contexto democrático, cuidar es una ética humana. Carol Gilligan El cuidado es un concepto de difícil de definir, pues abarca distintas áreas y consideraciones. Para esta reflexión que iniciamos, propondremos la conceptualización de la socióloga uruguaya Karina Batthyány, quien presenta una definición amplia que nos permite dar un primer paso al definir el cuidado como la acción de ayudar a un niño, niña o a una persona dependiente en el desarrollo y el bienestar de su vida cotidiana. Engloba, por tanto, hacerse cargo del cuidado material, que implica un “trabajo”, del cuidado económico, que implica un “costo económico”, y del cuidado psicológico, que implica un “vínculo afectivo, emotivo, sentimental”. El cuidado puede ser realizado de manera honoraria o benéfica por parientes, en el contexto familiar, o puede ser realizado de manera remunerada en el marco o no de la familia. La naturaleza de la actividad variará según se realice o no dentro de la familia y, también, de acuerdo a si se trata o no de una tarea remunerada (Batthyány, 2015, p.10) La noción de trabajo de cuidados, por tanto, considera una relación compleja entre las facetas material e inmaterial del cuidar y trasciende la frontera de lo monetizado, al incluir tanto las tareas remuneradas como no remuneradas (Orozco, 2006). De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (en adelante OIT) (Organización Internacional del Trabajo, 2018) el trabajo de cuidados, tanto remunerado como no remunerado, es fundamental para el futuro del trabajo decente, por ello, la OIT (2018) hace un llamado a que los países adopten medidas urgentes en relación a la organización del trabajo de cuidados, pues si no se enfrentan los actuales problemas en la prestación del cuidado y su calidad, se creará una grave e insostenible crisis del cuidado, aumentando aún más la desigualdad de género ya existente. Seguir leyendo.