Dyna (Jan 2013)

DEL EDITOR. LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE AFINIDAD QUÍMICA. PARTE II: LA SEMILLA GERMINA

  • GUILLERMO SALAS-BANUET,
  • JOSÉ RAMÍREZ-VIEYRA,
  • OSCAR RESTREPO-BAENA,
  • MARÍA NOGUEZ-AMAYA,
  • BRYAN COCKRELL

Journal volume & issue
Vol. 80, no. 177
pp. 162 – 170

Abstract

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El concepto de afinidad química abre su desarrollo desde la protohistoria. Se alimenta del pensamiento creativo, liberándose de las creencias de la época y de posiciones de poder, nutriéndose del intercambio de ideas, absorbiendo conocimientos de Egipto y Babilonia. El pensamiento griego -representado por un grupo de jonios y atenienses- centrado en Aristóteles, lleva al inicio de la germinación del concepto de la afinidad química, con los conceptos de átomo, elemento y materia y con la noción de atracción y repulsión entre elementos, que es la precursora de la “afinidad”. Esta época, centrada en el conocimiento, pensamiento y sentido común de Aristóteles, fue la base del pensamiento occidental. La experimentación, la práctica, para responder a situaciones y necesidades que se presentaban, corrió a su ritmo desde la edad de bronce, pero independiente del desarrollo del pensamiento griego. Mediante ésta, se conocen y dominan aleaciones, procedimientos y sustancias, y se reconocen otros que intervienen o son subproductos de procesos y reacciones debidas a la afinidad química.