Cambios y Permanencias (Jun 2019)
Algo sobre la buena filosofía política liberal y su justa teoría jurídica: Y de cómo esta recta matriz colonial al producir negatividad óntica y ontológica mantiene las cosas en orden y normales
Abstract
La historia misma de creación y consolidación de la estrategia de poder estatal adjetivada con la identidad nacional resalta los elementos fundamentales que arqueológicamente preceden al discurso de los derechos y la democracia en la forma que a grandes rasgos conocemos hoy. Por un lado, encontramos la necesidad, específicamente europea, de recomponer las clasificaciones sociales heredadas de la Edad Media. Esto implicó democratizar (en el sentido de extender-repartiendo) el acceso a los dos recursos centrales de la modernidad: el poder público y el capital. Así, encontramos que la nueva clasificación social capitalizada fomenta una estrategia particular de administración del poder vinculada estrechamente con los nuevos tiempos, es decir, el Estado-nación. Por otro lado, tenemos la experiencia, necesaria para el proceso que se estaba llevando a cabo en Europa y Estados Unidos, de la invasión y dominación colonial. De esta forma, las luces que impulsaron la modernidad no se pueden concebir sin su causal sombra, la colonialidad. Y por el otro, el paradigma de la centralización esencial del sujeto humano queda fijado en ciertos modelos teóricos que sustentan determinadas posiciones frente a la diferencia, donde se instaura el esquema de la indiferencia jurídica de la diferencia, en el que las diferencias no se valoran ni se desvaloran, no se protegen ni se reprimen, simplemente se ignoran. Tal modelo se fundamenta en la afirmación de un estado natural que confía a las relaciones de fuerza la defensa u opresión de ciertas contingencias. Este esquema coincide con el carácter mínimo del derecho y por el juego libre y desregulado de los poderes privados. El destino de la diferencia entre especies y su carácter originario e insuperable, se resuelve en la sujeción de hecho de las otras especies al poder natural del hombre.